JM Chalabe

Que Pasa Salta
Güemes, feriado nacional

Longobardi, Güemes y la historia siempre contada desde el centralismo porteño

Finalmente fue promulgado el feriado nacional en reconocimiento al héroe gaucho Martín Miguel de Güemes sin embargo el debate dejó elementos a analizar.

Finalmente fue promulgado el feriado nacional en reconocimiento al héroe gaucho Martín Miguel de Güemes tras una ardua discusión en la que se entremezclaron argumentos económicos, la crísis educativa, la industria del turismo y el ranking que encabezamos como el país con más feriados del mundo.



Pero lo que llamó la atención y molestó a miles de salteños fueron las declaraciones del reconocido periodista del Grupo Clarín, Marcelo Longobardi en una entrevista que le realizada al autor del proyecto, el diputado salteño Pablo Kosiner. "Esto es una joda", dijo el comunicador refiriéndose al feriado nacional por Güemes y renglón seguido pidió no ser sacado de contexto en medio de chistes y excesos de los panelistas del programa de radio.



 





Dos incógnitas con respuestas potables y una certeza se esconden detrás de este debate. La primera es si se honra la memoria del héroe gaucho con un feriado nacional. Probablemente no. En todo caso, el mejor reconocimiento sería tener los valores y la coherencia que tuvo Güemes para defender los intereses de su pueblo, cosa que hoy escasea y mucho. Sin embargo, sirve y suma para reconocer la gesta güemesiana y poner en agenda a un prócer nacional.



La segunda incógnita es si verdaderamente se invisibilizó con el correr de los años la figura del salteño. La historia oficial siempre fueron contadas por conveniencia. Se escribió después de las guerras civiles y fue escrita, como siempre pasa, por los que ganan para justificar su proyecto de organización nacional. 



Se oscurecieron ciertos personajes, circunstancias y se iluminaron otras. Algunos de los muy castigados dentro de esa historia oficial, fueron los caudillos, porque de alguna manera fueron los principales derrotados de la guerra civil. En la historia oficial son los feos, peludos, salvajes, crueles, como la representación de la barbarie.




Lo que se oscurece, lo que se oculta es que ellos representaron la indignación provincial contra el centralismo despótico e insensible del Buenos Aires.




El tucumano Alejandro Heredia, el cordobés Juan Bautista Bustos, eran hombres que no contaban con formación académica. No era el caso de Martín Miguel de Güemes, que pertenecía a la alta clase salteña, lo mismo que el santiagueño Juan Felipe Ibarra. Los dos últimos fueron de esta clase pero se comprometieron con los intereses de sus provincias y, sobre todo, con los sectores populares. 



Hoy, sin caudillos y en un contexto totalmente diferente, el centralismo se afianza. El principal reclamo de las provincias pasa por el federalismo. Las provincias siguen pobres y dependientes. La coparticipación expresa el modelo de país.



El poder central sigue vigente y tiene una gran capacidad de coaccionar. Si querés plata para obras tenés que ir a negociar a Buenos Aires y por supuesto no es gratis. 



Esta mirada es acompañada por los grandes medios de comunicación y los formadores de opinión.  No se trata de patrioterismo, de vagos, jodas o feriados. Se trata de que el poder central sigue teniendo un poder que empobrece a las provincias. 

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