JM Chalabe

Que Pasa Salta
Recupera terreno

La revalorización de Juan Carlos Romero

El senador nacional y ex gobernador recuperó protagonismo en el escenario político local. Méritos propios y limitaciones de la política salteña.

El 11 de marzo de 2016, Juan Manuel Urtubey y Juan Carlos Romero se reunieron en Casa de Gobierno. Era la primera vez que el senador nacional volvía a ese sede desde 2007, reunión de transición entre ambos. En el medio, la relación tuvo más desencuentros que momentos buenos, con capítulos y pasajes con muy duros enfrentamientos. Ese encuentro reconfiguró la política doméstica.



La belicosidad instalada en la previa a las elecciones 2015 que los enfrentaba, supuestamente por dos proyectos de provincia muy diferentes, comenzó a esfumarse con el paso del tiempo. La realidad y el contexto logró acercarlos. El cambio de Gobierno nacional y la imposibilidad de una nueva contienda electoral entre los dos, dicen que ayudó.



En las urnas, la victoria de Urtubey fue contundente. Pero Romero logró reinstalar y con creces el relato de uno de los grandes logros que los salteños recuerdan de su gestión: las obras importantes como el acceso a Salta, la autopista Circunvalación Oeste, la Avenida Bolivia, la Paraguay, el Teatro Provincial, museos y el gasoducto de la Puna, por nombrar algunas.



Que hoy Romero sea recordado por los salteños y reinvindicado por la política tiene por supuesto méritos propios, algo dificil de cuestionar. También hay fragmentos oscuros, como la ola de privatizaciones, la noche de las Tizas y la muerte de Aníbal Verón entre otros. Las debilidades de esta actual administración también ayudaron a este escenario. Por ejemplo, la obra pública se descentralizó, llegaron a lugares antes impensados pero su "venta", en el relato tuvo menos impacto. 



También, las limitaciones que tuvieron los actores de la política salteña hicieron posible que Romero, que hace diez años no gobierna Salta, recupere protagonismo. La falta de recambio se refleja en los intendente y legisladores vitalicios.  "Hay salteños que nacieron con el mismo intendente que hoy tienen", dijo en la semana el senador nacional. Quiénes tuvieron oportunidades históricas de demostrar algo diferente tampoco lo hicieron. En 2013, el PO logró 9 bancas en el Concejo, 5 en diputados y una en el Senado. Su rol quedó minimizado a una oposición mediática y el proceso de avanzada de la izquierda se fue desinflando. Pero, básicamente, la política como herramienta de cambio no ha logrado transformar la realidad de los que menos tienen.



Por esto, de a poco, el ex gobernador comenzó a recuperar terreno perdido. El acuerdo político con Urtubey parece no solo haberse quedado en un pacto de no agresión. La reforma constitucional, cambios en la Justicia y la Auditoría en manos de la oposición son algunos de los requirimientos de Romero que serán tenidos en cuenta. Con la mente puesta en su plan presidencial, Urtubey necesita un último mandato sin sobresaltos y que el ex gobernador no sea un "furioso" opositor, es de ayuda.




Por ahora, descartada la posibilidad de un alianza electoral para las legislativas no es descabellado pensar que quién suceda al gobernador surja de un consenso de los dos últimos mandatarios salteños. Por eso, la intención de reordenar el PJ local, que sirva como paraguas para el futuro candidato a gobernador.




Esto, no significa que el ex gobernador vaya a serlo nuevamente, de hecho el lo descartó. Pero, de perder por más de veinte puntos en 2015, hoy recuperó el centro de la escena política mostrando capacidad de reinventarse y a su vez dejando al desnudo las limitaciones de la política local para un recambio generacional que demora en llegar. 

 

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