Tane Da Souza Correa

Licenciado en Física
#Opinión

Hasta luego Latinoamérica

Convivimos personas con distintas lenguas, culturas, colores de piel, tradiciones y formas de vida. Pero tenemos algo en común, que nos atraviesa a todos, nuestra historia.

Ya nuestros libertadores San Martín, Bolívar, Güemes, Belgrano y O´Higgins entre otros pensaban en una gran nación sudamericana, que hiciera frente al poderío europeo y no se desangrara en disputas internas. Por la acción de los conservadores que ya había en nuestra región ese verdadero sueño americano no pudo concretarse.



A pesar de no haberse logrado la constitución de un solo gran país, que sería hoy quizá la mayor potencia mundial, hay algo que si puede lograrse: la unidad, política y comercial entre los países latinoamericanos.



Durante algunos periodos del siglo XX y comienzos de este XXI esa unidad fue promovida por varios países, bajo diversas formas, nombres y condiciones. Pero siempre buscando mantener la soberanía latinoamericana frente al avance de los intereses de Estados Unidos primero, y las grandes corporaciones económicas y financieras mundiales luego.



Desde la gran propuesta de Juan Domingo Perón con el ABC, que buscaba un polo político y comercial entre Brasil, Chile y Argentina, que pudo ser realizado, nuestro país siempre fue de vital importancia en cualquier iniciativa de integración regional.



A pesar de los momentos contrarios a la unidad latinoamericana que se vivían en los 90’ y comienzos de nuestro siglo, el Mercosur fue la pauta de que nuevos tiempos de unión regional se avecinaban. Aunque tuvo en sus comienzos una orientación meramente comercial, fue sirviendo de palanca para un mayor acercamiento entre nuestros países hermanos hasta que, con la llegada a los gobiernos de los nuevos presidentes latinoamericanos (Lula, Kirchner, Evo, Tabaré, Correa, Chávez, Lugo, entre otros), esa integración económica se comenzó a transformar en la conformación de un bloque político, que defendería los intereses de nuestros pueblos, el desarrollo económico de nuestros países y la soberanía política de los mismos, frente al avance de las políticas de Estados Unidos siempre buscando subordinar el bienestar de los pueblos latinoamericanos a los intereses de la potencia del norte.



Con el No al ALCA (tratado de libre comercio con EEUU) y luego con la llegada de la CELAC y la UNASUR fundamentalmente, la integración llegó a su punto máximo planteándose incluso la fundación de un Banco del Sur, un sistema de defensa coordinado y la negociación como bloque con otros países o bloques. Con el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) nuestro país se posicionó en la política mundial como nunca antes, manteniendo nuestra independencia y soberanía.



Pero los tiempos han cambiado. De la mano de Macri esta semana hemos entrado como miembro observador a la Alianza del Pacífico (Chile, Perú y Colombia, más EEUU) y ya el macrismo habla de participar del TTP (tratado trans pacífico), un tratado de libre comercio muy perjudicial para nuestras industrias, productores y economía en general.



En estos momentos en que se busca ceder nuestra independencia y autonomía, una vez más, a Estados Unidos, vale la pena recordar a nuestros próceres, que nos pensaron como una Nación Libre y Soberana, pero integrada con nuestros países hermanos y no dependiente de los intereses de los estados más poderosos.

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