Victoria Liendro

Activista por los DDHH de personas LGBT
Masacre en Orlando

El mundo entero debe repudiar la barbarie de Orlando y poner fin a la homo/transfobia

La masacre en Orlando, ese niño ahogado y que el Mediterráneo nos mostró al mundo entero, la niña wichí,  Belén en Tucumán encarcelada injustamente por la justicia misógina, el travesticidio de Diana Sacayan, los Donald Trump, sus muros (barreras) culturales y la promoción del uso de armas, en París, los migrantes del mundo, solo por dar ejemplos... desnudan las asimetrías que imperan sin ser resueltas en nuestras sociedades, producto de un sistema capitalista y machista.



También nos dice que la estupidez humana sigue vigente y nos interpela a aunar esfuerzos para seguir dando la batalla cultural. Debemos todos y todas trabajar para erradicar, la incomprensión, la discriminación, el odio y la intolerancia que promueven los grupos fundamentalistas y algunos estados.



Recordamos a la comunidad que las personas LGBT sufren la más extrema violencia y discriminación cotidiana en numerosos países del mundo y son objeto de todos los fundamentalismos religiosos que alimentan esa violencia, con declaraciones y acciones discriminatorias, estigmatizantes y violentas. Cabe recordar que este hecho ha ocurrido en un conocido club LGBT de la ciudad llamado “Pulse” y estas víctimas engrosan casos de asesinatos y maltratos a personas trans y líderes gays –como ocurrió en Honduras hace menos de 10 días.



Son habituales, también, por parte de estos grupos fundamentalistas, (ISIS es un grupo que se audetermino la autoría de estos hechos en Orlando), y de otros grupos, las decapitaciones y lanzamientos al vacío de personas por su sola orientación sexual e identidad de género. La barbarie que nos conmueve en el mundo hoy, es una manifestación extrema de la violencia que padecen a diario las personas LGBT en muchos lugares del mundo. No es de extrañar este tipo de atentados, se produzcan en un clima en el que se incrementa la violencia hacia el colectivo LGBT.



De hecho, varios estados de EE.UU. han aprobado leyes discriminatorias hacia nuestra comunidad. Por nombrar sólo unos casos en la región, hace unos meses decenas de personas LGBTI fueron reprimidas en la plaza de Lima por una carga de la policía peruana; unas semanas después varias personas fueron asesinadas dentro de un bar gay en la Ciudad de Xalapa, México.



En Mar del Plata y Miramar grupos neonazis atacan sistemáticamente a activistas del colectivo. En Honduras, hace escasos días mataron al dirigente gay René Martínez. En la ciudad de La Plata y en varias ciudades de provincias de Argentina, entre ellas Salta, se reprimen y persiguen a trabajadoras sexuales del colectivo trans (travestis, transexuales, y transgeneros), etc., etc., etc.. Esta masacre fue un ataque directo al colectivo LGTBI y, particularmente, a la población latina LGBTI que vive en Orlando.



Lo cierto, es que nos están matando. Por otro lado, se dice de todo, y no quiero dejar pasar, me parece importante marcar, la necesidad imperiosa que han tenido los medios y muchos dirigentes políticos en negar la clara homofobia en esta masacre sangrienta que mancha con sangre -una vez más, como el año pasado en Tel Aviv o el otro en Ucrania y Uganda- el comienzo del mes del Orgullo LGTBI en todo el mundo.



Claro, es más fácil para el patriarcado levantar la voz contra los inmigrantes. El candidato a presidente de los Estados Unidos por el partido republicano Donald Trump proclama a cada rato un discurso que llama a la xenofobia, promoviendo odio contra el extranjero. Incluso hay idiotas útiles inmigrantes que le hacen la campaña a Trump.



Para terminar, quiero enfocar que la responsabilidad toca varias puertas en el mismo Estados Unidos. Pero el estímulo a estos ataques también se promueve en las palabras del Presidente de Rusia, Putin, en el Vaticano y la clara guerra santa y que nunca la termino, quien hoy se llama Francisco, pero lo conocemos muy bien, como Bergoglio, y en las altas esferas de entidades supranacionales, donde el colectivo LGTBI presenció estupefacto como volvía a ser invisibilizado en políticas en respuesta al VIH/SIDA.



Hoy las armas que en ese país del norte, se promueven, en el país que dice tener una tradición republicana ejemplar, cívica y respetuosa de la democracia,…hoy dispararon en contra nuestro.

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