El dólar, otra vez en el centro de la escena

El Gobierno debate hasta dónde dejarlo subir antes de intervenir

La vocación del Gobierno por la libre flotación cambiaria se pondrá a prueba en los próximos días. Como parte de la ola devaluadora que afecta a la región, hubo una presión que acercó al billete verde a su máximo histórico. Prat Gay no parece preocupado pero hay quienes temen un efecto inflacionario.

En menos de una semana, el escenario cambiario y financiero pegó un giro de 180 grados



Hasta la noche del martes 8, el consenso entre las principales consultoras de la city porteña, y también dentro del propio Gobierno, era que la cotización del dólar no iba a registrardemasiada volatilidad en los próximos meses. Pero el "efecto Trump" cambió todo.



De hecho, en el seno del macrismo, el despegue del tipo de cambio volvió a ocupar el centrodel debate sobre el futuro de la política económica. 



Sobre todo, después de que en la tarde del lunes, el valor del billete verde tocara los $15,80, el máximo en ocho meses, tras una escalada de 32 centavos.



El repentino movimiento de la cotización se da en un agitado contexto internacional: tras la proclamación de Trump, las monedas de los mercados emergentes entraron en una zona de turbulencia.



Empezando por el peso mexicano, que sufrió una desvalorización del 11,5% en apenas cuatro jornadas.



Hasta el lunes, la Argentina se había mantenido como uno de los mercados menos perjudicados por la incertidumbre.



De hecho, tanto economistas independientes como funcionarios del Palacio de Hacienda se habían cuestionado durante el fin de semana si -en ese contexto- la economía no estaba en peligro de perder aun más competitividad cambiaria.



Sin embargo, el lunes pareció cambiar la tendencia: el billete verde en la plaza doméstica entró en "sintonía" y mostró una fuerte suba, del 2% en una sola jornada.



Una jornada agitada en la city. En la city porteña, el mercado cambiario recibió de lleno el cimbronazo "post Trump", ya que la divisa minorista escaló 31 centavos y cerró a $15,79.  



Si se considera el acumulado de las últimas tres ruedas -es decir, cuando diferentes monedas comenzaron a devaluarse tras la elección en los EE.UU.-, el tipo de cambio escaló 4,2%.



Incluso, el precio máximo ofrecido en el microcentro al público por algunas entidades fue de $15,90.



De esta forma, se alcanzó el nivel más elevado desde marzo pasado, momentos en que la divisa llegó a la máxima referencia histórica, del orden de los $16,07.



Lo llamativo es que en la plaza marginal el blue se negoció a $15,77, lo que implicó una subade 33 centavos frente al viernes, ubicándose apenas por debajo del oficial. 



En tanto, en el segmento mayorista ocurrió el mayor salto: el billete verde trepó 33 centavoshasta los $15,70, lo que representa un avance de 5% (o 75 centavos) desde el 9 de noviembrepasado, es decir, en sólo tres ruedas.



Según señalaron operadores consultados por iProfesional, los grandes traders intervinieroncon fuerza este lunes para tomar cobertura en dólares.



Es decir, ante el cambio de tendencia, muchos fondos de inversión modificaron sus carteras y se volcaron a comprar divisas y activos en moneda estadounidense para proteger su capital.



Claro, lo que es importante aclarar es que estos movimientos no sucedieron sólo en Argentina, sino que es un efecto a escala mundial, que afecta a todos los mercados emergentes.



El efecto devaluatorio que se dio en la plaza local se enmarca en lo que sucedió con otros signos monetarios de la región:



-El peso mexicano, que se devaluó casi 13% desde la semana pasada hasta el lunes.



-El real brasileño, que cayó 8,4% desde el 8 de noviembre, justo antes que se conocieran los resultados presidenciales en Estados Unidos. 



Por cierto, son dos datos clave, dado el elevado flujo comercial que registra la Argentina con ambas naciones. 



"Es un efecto regional, ya que las principales monedas del continente se estuvieron devaluando frente al dólar", destaca a iProfesional Sebastián Centurión, operador de ABC Cambios. 



Por otra parte, para el corredor Gustavo Quintana, "hay un contagio en la región y todas las monedas tienen una tendencia de debilitamiento frente a la estadounidense. Hay mucha incertidumbre acerca de cuánto durarán estos movimientos", recalca. 



El experto agregó que se espera que por un tiempo haya en la plaza un comportamiento tipo "wait and see".



Es decir, que los exportadores no liquidarán sus billetes y gran parte del mercado esperaráhasta ver cómo se posicionará el tipo de cambio en las próximas ruedas.



"Se ve una dolarización de portafolios, inversores que salen de monedas débiles como el peso y que muestran predilección por una divisa dura, como el dólar. Hay mucha volatilidad. Recién habrá más claridad con las próximas señales que envíe Trump o parte de su futuro equipo", señala Quintana. 



El test de la libre flotación. Por el momento, el Banco Central no intervino y las reservas prácticamente siguen inalteradas, ya que cerraron el lunes apenas por debajo de los u$s38.000 millones.



Sin embargo, una eventual tendencia ascendente del dólar pondrá a prueba a la conducción económica. Será un verdadero test tanto para Alfonso Prat Gay como para Federico Sturzenegger.



El ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central vienen manteniendo una confrontación sobre el nivel de las tasas de interés y, en definitiva, sobre la política cambiaria. 



¿Convalidará el Central una mayor suba del dólar? ¿O intervendrá para calmar las aguas, tal como ocurrió en marzo último, cuando la cotización saltó a los $16?



En ese momento, Sturzenegger temió que una depreciación mayor desencadenara una ola especulativa imparable y que se fogonearan más los precios. 



El planteo hoy cobra más vigencia que nunca, especialmente luego de conocerse los datos de inflación de octubre, que muestra un índice todavía elevado



Desde entonces, lejos de moverse con volatilidad, el dólar se mantuvo estable. Tanto que, en las últimas semanas, y en medio del ingreso de capitales por el blanqueo, la cotización amagaba con caer por debajo de los $15.



Incluso, la noche del triunfo de Trump, se conseguía a $15,22 y al día siguiente descendió a $15,20.



Desde el equipo de Prat Gay muestran satisfacción con el flamante escenario. Lejos de poner reparos por la suba del tipo de cambio, en el Palacio de Hacienda sienten algo de aliviopor los repuntes  de las últimas jornadas.



Básicamente, porque interpretan desde el entorno del ministro que ya se alejó el peor escenario de todos: que el precio de la divisa siguiera congelado, tal como sucedió en las primeras dos jornadas tras las elecciones en los Estados Unidos. 



Se intensifica la pulseada por las tasas. Ahora, la discusión está centrada en la estrategia del Banco Central respecto del manejo de la tasa de interés.



En el equipo de Hacienda son categóricos al respecto: "Queremos que siga bajando y que el dólar acompañe lo que está sucediendo en la región", enfatiza un estrecho colaborador, ante una consulta de iProfesional.



Prat Gay está convencido de que Sturzenegger tiene un amplio margen para abaratar el costo del dinero. En ese sentido, la visión del ministro no cambió en nada respecto del escenario pre-triunfo de Trump.



Por el contrario, se muestra convencido de que el titular del BCRA puede dejar caer el tipo de interés entre cuatro y hasta cinco puntos adicionales, desde el nivel actual del 26,25% anual.



El temor en la entidad es que un descenso adicional de la tasa de referencia, dada por los rendimientos de las Lebac, justo en este momento de volatilidad en los mercados, pueda gatillar un incremento "indeseado" del tipo de cambio. 



Sin embargo, desde Hacienda, son categóricos al respecto: "La depreciación ha resultado menor a la de socios comerciales, como Brasil. No hay nada que temer", asegura un funcionario del equipo económico, que pidió estricto off the record. 



Consultado sobre la visión de Sturzenegger, quien argumenta que una drástica baja de la tasa generaría un repunte en el índice de precios, el técnico argumenta: "La actividad económica está recién estabilizándose luego de caer y la inflación está en franca desaceleración".  



"El tipo de cambio es un factor secundario de inflación en este momento. No podemos convivir con resabios de la época de la convertibilidad, ni el de la falsa flotación administrada de la era kirchnerista", señala el funcionario.



Y completa: "El Gobierno ha ganado mucha credibilidad en su pelea contra el ritmo inflacionario. Hay quienes ven como una virtud y opinan a favor de que haya una sobredosisde credibilidad. Sin embargo, no están considerando los costos económicos que ello acarrea". 



En esta última definición, el colaborador de Prat Gay dejó en claro la confrontación que existe entre Hacienda y el BCRA sobre la marcha de la economía y, sobre todo, en las medidasque deberían aplicarse para acelerar la salida de la recesión, en medio del "efecto Trump".



En la city porteña pronostican que el Central sostendrá su estrategia gradualista.



Algunos reportes conocidos en la tarde del lunes de consultoras económicas -como FyE Consult- proyectan que, para fin de año, la tasa de corto plazo bajará, a lo sumo, a un rango de entre 25,5% a 26% anual.



Hernán Hirsch, director de FyE Consult, afirma que "no modificar la tasa y optar por un `wait and see`, frente al nuevo escenario internacional convalidaría el debilitamiento del peso, en línea con el comportamiento de las monedas de la región. Y no implicaría un menor compromiso inflacionario del BCRA".



El gran tema, pese a la visión optimista es qué sucederá con la inflación



La consultora Elypsis, dirigida por Eduardo Levy Yeyati, economista con influencia en el Gobierno, advierte que los precios se aceleraron en esta quincena de noviembre. En la primera semana, la suba fue del 0,4%, mientras que en la segunda midió 0,6%. 



Con estos datos en la mano, ¿qué actitud tomará Sturzenegger? No será una decisión más, en medio del "efecto Trump" y de las presiones cada vez más fuertes por parte del equipo económico.

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