¿Drogas y abuso sexual en la política salteña? Tocamos fondo
Los dos concejales involucrados en las denuncias hicieron oídos sordos y continúan de campaña como si nada. El silencio cómplice de los partidos colabora con el grave deterioro institucional.
En las últimas semanas salieron a la luz dos escándalos que salpicaron la política salteña y contaminaron las instituciones. Se trata de los concejales Raúl Ledesma y Facundo Quiroga, el primero acusado de abuso sexual y el segundo de ofrecer drogas. Gravísimo por dónde se lo mire.
Ambos casos tienen una misma coincidencia: el silencio cómplice de sus respectivos partidos. Tanto el PRO como el Frente Plural se llamaron a silencio y no emitieron una opinión pública al respecto, ni siquiera un comunicado. Se intenta hacer la vista gorda en casos que revisten una gravedad extrema.
La Justicia deberá determinar la veracidad de ambas denuncias. Hasta tanto, lo más razonable sería que ambos candidatos den un paso al costado para preservar la calidad institucional. Lamentablemente ocurre lo contrario y tanto la cúpula partidaria del PRO como del Frente Plural no tomaron cartas en el asunto.
Lejos de declinar sus candidaturas, Ledesma y Quiroga siguen de campaña como si nada hubiese ocurrido. ¿Quién los encubre? ¿Quién los protege? ¿Hay un manto de impunidad? Los dirigentes políticos deberían dar el ejemplo, pero en algunos casos distan mucho de hacerlo. Metán y Colonia Santa Rosa lo padecen en carne propia.
Por otra parte, llama la atención el lento o nulo accionar de los respectivos concejos deliberantes. Hasta tanto no se expida la Justicia, lo más sensato sería que los ediles involucrados en las denuncias se tomen una licencia. La presunción de inocencia es un principio jurídico penal que tiene plena vigencia en Argentina. No obstante, Herrera y Quiroga deberían dar un paso al costado (al menos transitorio) hasta tanto se conozca la resolución de la Justicia. Por respeto a las instituciones, pero fundamentalmente a la sociedad.
"Todo pasa" era la frase célebre que llevaba impresa en su anillo el extinto Julio Humberto Grondona. Esperemos que no sea así. No es normal que se naturalicen este tipo de situaciones. La Justicia deberá cumplir con su parte, pero la política también. Aunque por ahora predomine un preocupante silencio que hace ruido.
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