¿Estuvo bien?

"Deje de gobernar para los ricos y perseguir a los pobres", el reto de un cura jujeño a Macri

Pedro Olmedo, titular de la Prelatura de Humahuaca, fue quien cruzó al presidente durante su visita a la localidad jujeña.

El titular de la Prelatura de Humahuaca, Obispo Pedro Olmedo, siguió al pie de la letra la línea del papa Francisco, y le hizo un severo llamado de atención al presidente Macri y a los demás dirigentes políticos y gobernantes al pedirles que “dejen de gobernar para los ricos, y que ayuden a los pobres”, y concretamente le pidió a Macri que “no persiga a los pobres porque son los que trabajan, los que pagan impuestos, y no como las mineras” que en esta parte de Jujuy no aportan nada”.



Mientras Olmedo hablaba, ingresó a la Iglesia de la Candelaria el presidente Mauricio Macri acompañado por el gobernador Gerardo Morales y una gran comitiva de funcionarios y dirigentes políticos locales y nacionales. Apenas ingresados, la custodia presidencial bloqueó la puerta y la llamada “casa de Dios” quedó inaccesible para la gente que venía por detrás, en ese momento el Obispo Olmedo tuvo su primera intervención por la gente, cuando en alta voz se dirigió a los custodios diciéndoles: “El presidente dice que se permita ingresar a la gente”.



Los custodios se hicieron a un lado, y salón de la Iglesia se llenó. Olmedo, entonces, siguió con la homilía dirigida a hablar del compromiso de Iglesia y sus fieles con la gente que menos tiene. Volvió a pedirles a los gobernantes ese mismo compromiso y fue muchos más directo cuando se dirigió al presidente Macri: “Yo lo bendigo pero antes tengo que hacerle un pedido, deje de gobernar para los ricos; la gente pobre necesita más de los gobiernos. Y aquí se persigue a los pobres, que pagan sus impuestos y les cuesta vivir, en cambio se defiende a las mineras que no pagan nada a la Municipalidad y extraen toda la riqueza de la madre tierra”.



El artículo publicado en El Expreso (Jujuy) cierra con la siguiente definición: Si Macri creyó que en la Iglesia encontraría alivio para una visita bastante tensa, se equivocó. Esta vez Jujuy, cuna de sus triunfos y también de sus promesas incumplidas, justamente hechas aquí en Humahuaca, le fue esquivo y si bien no recibió un rechazo rotundo, fue una imagen y semejante de un país partido, felizmente en disenso sobre el rumbo que se debe tomar a futuro.



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