Matías Isola

Que Pasa Salta
#AñoElectoral

Cristina sigue vigente y mantiene la centralidad política

Contra varios pronósticos, la ex presidenta ratificó su poder de convocatoria y se consolidó como una opción competitiva para las elecciones legislativas.

Cristina Kirchner demostró el pasado martes en la cancha de Arsenal su vigencia política. Sin la tradicional "liturgia peronista", su discurso generó una gran expectativa tanto en sus seguidores como en sus detractores y movilizó una verdadera multitud. El estadio lució colmado y muchísima gente tuvo que seguir el discurso desde afuera. No obstante, la ex presidenta tuvo la ¿desdicha? de que justo ese día Boca se consagró campeón y le robó la primera plana de los diarios.



Si bien algunos analistas aseguran que la polarización con Cristina es funcional para el Gobierno, está claro que el pronóstico de varios fracasó rotundamente. La ex mandataria mantiene la centralidad política en Argentina y el Frente para la Victoria (ahora devenido en Unidad Ciudadana) conserva una porción envidiable del electorado.



El tan mentado núcleo duro (algunos hablan de un 25% y otros de un 30%) sigue intacto y le permite al kirchnerismo sostenerse como una opción competitiva para las elecciones de medio término. En ese contexto, Cristina será candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires.



Muchos se apresuraron a ponerle el certificado de defunción, y ahora observan atónitos cómo el kirchnerismo se reagrupa para presentar batalla en las legislativas. Con Cristina como figura central del espacio y con la provincia de Buenos Aires como "caballito de batalla", el kirchnerismo aspira a canalizar en las urnas el "voto castigo". La pretensión es usufructuar el malestar de algunos sectores de la sociedad con las medidas del gobierno de Mauricio Macri.



Decidida a no competir con Florencio Randazzo dentro de la estructura del PJ, Cristina tomó la decisión de crear un nuevo espacio de tintes progresistas para aglutinar a sus seguidores. Sin el apoyo de la mayoría de los gobernadores peronistas, la ex presidenta cuenta con el respaldo de los "barones del conurbano". Intendentes bonaerenses de gran peso y capacidad de movilización. Una buena elección la dejaría bien posicionada para las presidenciales de 2019. Por el contrario, una mala elección desterraría definitivamente sus aspiraciones de volver.



La vigencia de Cristina deja en claro que "la grieta" existe. Desde Cambiemos insisten en la "pesada herencia" o en la "herencia recibida". Mientras que desde el kirchnerismo acusan a la gestión de Macri de perjudicar a los que menos tienen y aplicar políticas neoliberales. Y esa lógica parece imponerse en los comicios venideros, contra los intereses de Sergio Massa, mentor de la "ancha avenida del medio".



Las elecciones legislativas de octubre (en agosto serán las PASO) servirán de plebiscito para Macri y de termómetro para Cristina. Ambos se juegan mucho en la contienda electoral de cara al 2019. Se enfrentan el presente que quiere seguir y el pasado que quiere volver. Se mencionó el atributo de la ex presidenta de conservar la centralidad política. Pero también hay que remarcarle un gran defecto: no propició dentro de su espacio el surgimiento de otros cuadros políticos. Todo en el kirchnerismo gira en torno a su figura. Y en estas elecciones no será la excepción. Será la estratega de la victoria o la dueña de la derrota. Cristina no tiene términos medios.



 

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