Matías Isola

Que Pasa Salta
Pasados de vivos

Cartelizar los precios, la moda que perjudica a los consumidores salteños

La decisión del Gobierno nacional de liberar el precio de los combustibles generó temor e incertidumbre en la población.

El Gobierno nacional decidió que sea el mercado el encargado de regular el precio de los combustibles y esto generó inevitablemente la pregunta ¿se disparará el precio de la nafta después de las elecciones? En su reciente paso por Salta, la respuesta de la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, sonó poco convincente y dejó más dudas que certezas en épocas de vacas flacas.



En una entrevista exclusiva con Que Pasa Salta, Michetti afirmó: "Es un tema del sector privado y habrá que ver cómo funciona el mecanismo de la competencia, que siempre tiende a abaratar los precios. Veremos qué pasa en este caso con la nafta, pero no es un tema que esté decidiendo el Gobierno". Una respuesta ambigua. ¿Acaso alguna vez bajaron los precios de algo en Argentina? ¿Fue una respuesta para salir del paso o efectivamente en Cambiemos piensan eso? 



Como si la cartelización de precios no hubiese sido suficiente en las clínicas, la situación también se replicó en las estaciones de servicio salteñas. Se trata de un tema sumamente sensible en tiempos donde el bolsillo de los consumidores flaquea y la inflación todavía le gana a los salarios (salvo contadas excepciones).



Con respecto al elevado precio que pagan los salteños por el combustible, el secretario general de SICOTASA, Ernesto Alvarado, apuntó directamente contra los propietarios de las estaciones de servicio: "El problema acá no es el mercado, sino los empresarios y su falta de ética al fijar los precios que estamos pagando los consumidores. Se ponen de acuerdo los empresarios que son los dueños de las estaciones de servicio que venden nafta y GNC para ver cuánto van a cobrar. Acá no funciona la oferta y la demanda".



Si se compara con Buenos Aires, los salteños pagan más caro el combustible. Una paradoja si se tiene en cuenta que se trata de una provincia que cuenta con recursos hidrocarburíferos. ¿Las estaciones de servicio se ponen de acuerdo para cartelizar los precios? ¿Nadie controla para que eso no ocurra?



Como siempre en estos casos, los únicos perjudicados son los consumidores. Si el precio del combustible se dispara, inmediatamente repercutirá en el resto de la economía, habrá subas en otros rubros y la inflación no dará tregua. Es hora de que la sociedad deje de pagar los platos rotos.

 

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