Matías Isola

Que Pasa Salta
Debate abierto

Argentinos discriminados en Bolivia: ¿dónde quedó la reciprocidad?

La deportación de un joven argentino del vecino país reavivó el debate sobre reciprocidad en materia de migraciones en la Región.

Los conceptos de Patria Grande y Hermandad Latinoamericana suenan estupendo de la boca para afuera. Muchos políticos empalagan con discursos de unidad y confraternidad. En teoría, la mayoría de los países de la Región adhieren al pacto tácito de cooperación entre "vecinos". Sin embargo, en la práctica los resultados no son los esperados y la reciprocidad brilla por su ausencia. Es el caso de Argentina y Bolivia en materia de migraciones.



Esta semana se conoció el caso de un joven argentino que fue deportado de la ciudad boliviana de Tarija porque no tenía los documentos pertinentes que respalden su estadía en el vecino país. La versión de los organismos oficiales fue que arribó con intenciones de desarrollar actividades lucrativas y no turísticas (ver link). Sin ir más lejos, trascendió que el compatriota era malabarista. Es decir, se ganaba la vida como artista callejero.



Una vez conocida la noticia, se abrió un gran debate y muchos argentinos pusieron el grito en el cielo. ¿Se mide con la misma vara en nuestro país a los inmigrantes que no tienen los papeles al día? ¿Con la misma celeridad son deportados los que no están en regla? En su momento Que Pasa Salta publicó una cifra estimativa brindada por una funcionaria del vecino país. Según dicho relevamiento, en Argentina residen unos 400 mil ciudadanos bolivianos de manera irregular. Un número exorbitante si se tiene en cuenta que también llegan a diario hermanos de otros países (Paraguay, Perú, Chile, Venezuela).



El accionar de Bolivia para con el joven argentino tiene que ver con el cumplimiento de su legislación y eso es inobjetable. Cada Estado es soberano, tiene sus normas y las aplica dentro de su territorio. Pero está claro que la reciprocidad no es la misma en un lado y en el otro de la frontera. ¿Argentina es un país flexible en ese sentido? ¿Falta mayor rigurosidad en los controles? ¿Estamos bien así o hacen falta leyes más firmes? ¿O en todo caso existen las leyes y no se cumplen como corresponde? 



La política migratoria debe ser un tema de Estado y debe ocupar un lugar preponderante en la agenda, más allá del gobierno de turno. Hablar abiertamente de ese tema no implica caer en la xenofobia, en el nacionalismo llevado al extremo o en el chauvinismo. Lastimosamente sobran los ejemplos de argentinos que viajaron a Bolivia y que vivieron experiencias traumáticas al momento de cargar combustible, por citar un mínimo ejemplo.



Explícitamente denunciaron que fueron discriminados, hostigados y en algunos casos maltratados. ¿Acá pasa lo mismo? ¿Cómo son tratados los inmigrantes? ¿El argentino es hospitalario? No se trata de pagar con la misma moneda o de apelar al arcaico "ojo por ojo". Pero sí de replantear las políticas, las legislaciones y sus respectivas aplicaciones. Y de consensuar entre los países vecinos acuerdos de reciprocidad que se cumplan a rajatabla de un lado y del otro de la frontera.



"Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano", reza un fragmento del artículo 20 de la Constitución. Claramente es un país abierto a recibir inmigrantes con deseos de radicarse en el suelo argentino en busca de una mejor vida. Sería fantástico que dicha generosidad sea retribuida en otras latitudes. 

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