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Argentina frente a un 2018 paradójico: crecimiento económico con más pobres

Especialista en temas sociales, trazan un panorama social complejo para la Argentina de 2018.

Las opiniones de economistas como de especialistas en temas sociales confluyen en una paradoja: este año tendrá probablemente una recuperación de la economía, especialmente en sectores productivos exportadores y financieros, con un deterioro de los indicadores sociales entre los sectores económicos más frágiles como el cuentapropista y el asalariado, fruto de una inflación sostenida, el endeudamiento familiar de esas franjas más vulnerables y una recuperación salarial que apenas alcanzaría a compensar la suba de precios.



En esa línea, el especialista en temas sociales del Frente Renovador, Daniel Arroyo, trazó un panorama social complejo para la Argentina de 2018. Para el diputado nacional, una inflación que no logra ser domada por el Gobierno, condiciones laborales frágiles y niveles de endeudamiento familiar elevados podrían ser un embudo social, especialmente a partir de marzo.



Sobre el impacto social de la inflación (cuyo porcentaje superó las previsiones del Ejecutivo), Arroyo consideró que la suba de precios "es altísima y lo que hace es complicarle la vida a las familias". Y trazó tres frentes de conflicto serios: "Uno es que siempre los alimentos y medicamentos suben más que la inflación general y las familias pobres y los jubilados son los que más sufren. Lo segundo es que los bolsillos están agotados, ya que, como los costos son muy altos, las familias terminan endeudándose. Y, tercero, es que se está perdiendo empleo, tanto en el sector público como privado. Todo esto configura una situación social realmente complicada. El gobierno debería reorientar la política porque nos va a meter en un lío social bárbaro".



En este escenario de doble estándar económico, la principal preocupación debiera estar planteada sobre los sectores más vulnerables. Si bien el Gobierno reconoció contar con un presupuesto histórico en materia de ayuda social, para la oposición el asistencialismo resulta insuficiente si solo se otorgan planes sociales. Al respecto, el economista Jorge Vasconcelos, vicepresidente del Instituto de Estudios sobre Realidad Argentina y Latinoamericana de la Fundación Mediterránea (IERAL), destaca la voluntad del gobierno de "evitar el riesgo de que llegara el enfriamiento de la economía" con la decisión de forzar al Banco Central a bajar las tasas de interés pese a que la medida no logrará tener "una inflación más baja". Para el economista, la inflación afecta mucho más al segmento de la población que vive al día, que obtiene sus ingresos en el mercado informal del trabajo. "El relajamiento de la meta de inflación no es una buena noticia desde el punto de vista de la lucha contra la pobreza. Tener una inflación más alta no es bueno para el 30% de pobres que tiene el país".



El economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Daniel Artana, también mostró un optimismo moderado sobre la marcha de la economía durante este año y expresó cautela sobre una mejora de los indicadores sociales. En su visión, si la economía crece un 3%, el empleo puede crecerá un poco y los salarios por lo menos lograrán empatarle a la inflación.



Los últimos números oficiales del Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) de septiembre de 2017 revelaron que, en las principales ciudades del país, la pobreza alcanzó 28,4%, en tanto que la indigencia nuclea al 6,2% de la población.



Para el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) , este 2018 será de pobreza en alza, teniendo en cuenta una inflación mayor a la prevista, tal como lo reconoció el Gobierno sobre finales del año pasado. "La revisión al alza de las metas de inflación es un acto de sinceramiento pero también de resignación. El ritmo de gradualismo elegido para ordenar las cuentas públicas obliga a tolerar mayor inflación". De la pauta inflacionaria prevista originalmente de entre el 8% y 12% anual al recálculo del 15% "el cambio implica aspirar a reducir la inflación con un ritmo mucho más lento". Según ese informe, conceder a tener más inflación implica también "ser menos ambiciosos en mejorar la situación social".

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