La horrorosa historia

Olvidó cortar una llamada al celular y descubrieron que desde hacía 3 años violaba a su hija discapacitada

Entre los 18 y 22 años ultrajó a la joven, a la vez víctima de un pronunciado retraso madurativo. Los otros hijos lo delataron.

La tecnología puso fin a las tropelías de un individuo, que sometía a múltiples vejámenes sexuales a su propia hija discapacitada en Santiago del Estero.



Según consignó El Liberal, la investigación que es timoneada por el fiscal Ramón Alfonzo, sitúa a los protagonistas en esta ciudad Capital. Amplía que tel día en que salió a la luz el terrible drama de la víctima, una hija mayor del acusado llamó por celular a su padre, hablaron y después, se despidieron, pero mal pensó que había cortado la comunicación. La comunicación quedó abierta y la hija oyó lo que nunca más podrá olvidar. El sujeto le ordenaba a los gritos a su hija discapacitada que fuera a la habitación, ya que quería tener sexo.



Del otro lado, la hija mayor escuchó horrorizada todas las groserías del padre.



Reunión de hermanos

Urgente, la jovencita reveló lo que escuchó a sus otros hermanos. Todos, fueron a la casa y retiraron a la hermana discapacitada.



Avergonzada y quebrada, la víctima les confesó que en realidad desde los 18 su padre la violaba.



No hubo otra salida que denunciarlo. El vecino cayó preso, acusado de "abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo".



La investigación

Sobrevino la indagatoria, exámenes médicos, un informe socioambiental, testimonial de los otros hijos, pericias psicológicas y psiquiátricas.



Todas resultaron lapidarias para el padre, quien se aferró a un infranqueable silencio.



Ello representaba el rostro opuesto al que mostró durante los tres años en los que convirtió a la joven discapacitada en su esclava sexual. Hoy, el fiscal Alfonzo prácticamente está próximo a bajar el telón a la compleja investigación.



A un paso del juicio

Ni bien termine la Feria Judicial, pedirá una audiencia y en ella requerirá la elevación a juicio.



Después, un organismo superior sorteará un tribunal y éste sellará la suerte final del acusado, quien corre el riesgo de recibir hasta 20 años de prisión.



Ya "libre" de las garras del padre, la joven hoy transcurre sus días acompañada por los hermanos: éstos se organizan para atenuar la pesadilla sufrida, pero a la vez inequívoco despertar a una nueva vida.

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