Un horror

Entregaba a su hija "bañada y limpia" para que la violen y no pagar alquiler

Aberrante caso en Entre Ríos. Para que no le cobraran el alquiler, su mamá entregaba a la adolescente para que el dueño del lugar y su hijo abusaran de ella, aprovechándose de su posición de propietarios.

Con complicidad de su mamá, abusaban reiteradamente de una menor en Victoria, Entre Ríos. Los aberrantes delitos se volvían el modo de pago del alquiler de la mujer. La adolescente de 14 años, según publica ahora.com.ar, era víctima del dueño del lugar y también de su hijo, quienes se aprovechaban de la situación de vulnerabilidad de las mujeres.



Todo comenzó cuando el dueño, apellido Benítez, le prestó al padrastro de la menor una casa de la chacra, donde siguió criando animales y por tal motivo visitaba regularmente el lugar junto a su hijo, e incluso prestaba otra parcela para una huerta. En ese contexto, entre el corral y el manejo de animales, se fueron precipitando diálogos subidos de tono que luego pasaron a manoseos y finalmente el abuso carnal reiterado.



Se le atribuye a la madre haber cooperado con Benítez, para que este y su hijo pudiera abusar sexualmente a la adolescente, en contra de su voluntad, y propiciaba que los encuentros continuaran produciéndose, “haciendo ‘entrega’ de su hija al nombrado Raúl Benítez ‘adecuadamente’ bañada y limpia”. A cambio “se les permitía seguir viviendo en la chacra, más regalos que le habría realizado Raúl Benítez como contraprestación por los actos de abuso que realizaba en perjuicio de la menor”, puede leerse en el expediente.



Los testimonios de sus compañeras de escuela relatan cómo la adolescente expresaba su disgusto cuando pronunciaba el apellido Benítez, como si la sola articulación del nombre evocara en ella las vejaciones más frustrantes. Asimismo, María también le contó lo sucedido a una maestra de la escuela a la que concurría en ese momento. Sumado a todo esto, aclaró que la primera vez que fue obligada a tener relaciones con Benítez hijo fue en un auto que le pertenecía al padre de éste.



Lo ominoso de la situación es que su propia madre, quien se supone debía defenderla, la invitaba a que saliera a pasear con él, hecho que la menor interpretaba como si fuera un “tomá, te la regalo”. Incluso, indica que su madre sabía que ella no quería ir con Raúl Benítez y que cuando, una noche, le dijo lo que éste le había hecho, respondió: “¡Dejame dormir, andate!”, sabiendo que era una respuesta forzada ya que estaba despierta esperándola.

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