Albañil salteño mató a su sobrina y la enterró en un baño: quería ser su novio

Yohanna Evangelina Sarmiento desapareció en la noche del 16 de diciembre de 2004. Durante cinco días la buscaron por toda la ciudad de Punta Alta, en Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires). La encontraron enterrada en un baño en construcción, con golpes en su cuerpo (en posición fetal) y un cable atado a su cuello. El asesino resultó ser su propio tío, de origen salteño, que confesó el crimen luego de ser detenido en Joaquin V. González, donde trató de esconderse. 

La víctima tenía apenas 15 años cuando le quitaron la vida de la forma más salvaje. 

El causante de la muerte fue identificado como José Ramón Torres, de 28 años en ese entonces. El despecho habría sido el combustible de su motor al momento del asesinato.

Luego del crimen, Torres tomó algunas de sus cosas, caminó por el centro de la ciudad donde había cometido tamaña atrocidad y decidió pegar la vuelta a su provincia natal. Lo primero que se le ocurrió fue refugiarse en lo de su mamá, abuela de la víctima, donde la Policía lo encontró luego de librarse una orden de captura interprovincial. 

Los investigadores dieron con el cadaver de Yohanna tras realizar pesquisas en el domicilio de Torres, una humilde finca que alquilaba y remodelaba. El asesino había dado los datos de dónde estaba escondido. 

En el interior de la casa descubrieron una cadenita de la joven y comenzaron revisar todo. El macabro hallazgo se dio en el sanitario a medio construir que había en el fondo. Cavaron y se dieron con los restos enterrrados a unos 60 centímetros de profundidad. 

Según confesó, estaba bajo los efectos de la cocaína cuando comenzó a darle los golpes mortales a la menor. 

En un primer momento, Torres dijo no tener nada que ver con la muerte de su sobrina. Aseguraba haberla dejado en un ciber antes de viajar. En su cuerpo tenía marcas de violencia que no supo explicar con seguridad y eso lo complicó aún más. 

Cuando personal de la Brigada de Metán trasladaba al sospechoso, Torres habría dicho algo muy confuso que llamó la atención: "Se pudrió algo allá, en Punta Alta, pero ya se lo voy a comentar al juez".

El mismo lunes siquiente a su detención, efectivos de la Brigada se entrevistaron nuevamente con el acusado, quien, esta vez, habría dicho que la adolescente era amenazada por su ex novio, porque ella lo había dejado.

 "Lo cierto es que luego de algunos rodeos, finalmente reconoció que pretendía a Yohana y que al no ser correspondido, confesó que primero la tiró al piso y luego la asfixió con las manos, hasta que quedó inconsciente. Después la colgó del cuello con un cable hasta que murió. Una vez muerta, el tío cavó un pozo donde construía un baño y la enterró a un metro de profundidad", señalaron medios salteños que se hicieron eco del caso. 

Al albañil asesino de su sobrina lo juzgaron en febrero del 2007. Luego de confesar ante el juez, lo condenaron a 15 años de cárcel por el crimen de homicidio simple. La defensa trató de conseguir que la pena se cumpliera en un penal de Salta, pero no habría sido posible.