No es joda

Ecosexo: una tendencia que crece en el mundo

Cada vez más personas eligen cuidar el medio ambiente y a sí mismos, incluso en el ámbito sexual. La tendencia incluye juguetes eróticos de cristal, preservativos biodegradables y lubricantes naturales

Cuidar el propio cuerpo y el planeta al mismo tiempo es el principio del ecosexo. Esta tendencia permite innovar y buscar nuevas formas de placer sin contaminar el medio ambiente.



"Probar recursos nuevos es casi una condición obligada en la vida sexual. La rutina, las creencias rígidas, el desconocimiento del propio cuerpo y la incapacidad para aventurarse en el cuerpo del otro, son algunos de los obstáculos que impiden el acceso al placer. La efectividad de lo nuevo será medida por la intensidad de placer, por lo tanto se requiere estar relajados y bien predispuestos a sentir sus beneficios. El fin del ecosexo debe ser lograr tener más deseos, relajación, conexión entre los cuerpos, y por supuesto, el ansiado disfrute", destaca Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.



Muchos juguetes eróticos están hechos de PVC, plástico largamente denunciado por los activistas debido a las toxinas que emite durante su elaboración. Este plástico es suavizado con ftalato, un elemento controvertido de la industria química. "El juguete sexual tiene que ser saludable para el cuerpo humano. No debe contener sustancias tóxicas. Lo bueno del ecosexo es que uno toma conciencia del cuidado del propio cuerpo y del planeta. En este sentido, también recomiendo la copa menstrual en lugar de toallas higiénicas femeninas. Genera menos residuos", dice Sandra Magirena, médica ginecóloga y sexóloga clínica. Patricia Safadi, psicóloga y sexóloga sugiere que el ecosexo promueve hacer el amor en ámbitos más naturales, como afrodisiaco desde la vista y el sonido. Además, comenta que se estimula la creatividad y propone usar los lubricantes con materiales más naturales.



También Ghedin advierte que las conductas programadas de cualquier índole son contrarias a la espontaneidad y a la capacidad de entrega erótica. En este sentido, sería un obstáculo estar más atentos al uso del lubricante natural, a las velas aromáticas, al racionamiento del agua, que a la expresión libre de los cuerpos.





Si bien en Argentina el ecosexo todavía es minoritario, ya se pueden encontrar en los sexshop vibradores de cristal, material reciclable que en su fabricación no se utilizan productos químicos o disolventes. Sobre todo en Europa la tendencia crece. Allí es posible encontrar preservativos biodegradables de la compañía inglesa French Letter Condom. Además, esta empresa dedica parte de sus ganancias a niños de escasos recursos con sida.





Babeland, un sexshop estadounidense vende un vibrador que se alimenta de energía solar.

 

En Berlín, se pueden encontrar látigos de cuero vegano realizados de manera artesanal. La tienda estadounidense Smitten Kitten se declara orgullosamente consciente con los animales, y tiene látigos de nylon, o goma. Babeland, un sexshop en Estados Unidos, vende un vibrador que se alimenta de energía solar. Luego de exponerlo ocho horas al sol, se puede usar durante una hora. Otros fabricantes ofrecen complementos verdes como: velas hechas de aceites esenciales, y lubricantes hechos con ingredientes orgánicos.

 

Desde Greenpeace México, elaboraron una guía ecosexual que brinda tips para disfrutar de la sexualidad y cuidar el planeta. Entre los consejos proponen: apagar las luces, consumir frutas libres de transgénicos como afrodisíacos, bañarse en pareja para ahorrar jabón y agua y usar aceite para masaje orgánico, entre otros.

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