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Y eso que los liberó: en Chile no quieren reconocer a San Martín como prócer

No aparece en las monedas, ni en las plazas, ni en monumentos; ni en las calles de Chile.

Edwards Gajardo es un periodista chileno que actualmente vive en Argentina. Hace unos años escribió un artículo titulado "San Martín libertador de Chile: una parte de la historia que allá nadie me contó", donde relata que al llegar a nuestro país en 2009 tomó conocimiento de la magnitud de la expedición libertadora organizada por el general argentino, cuya figura, dice, "está en Chile debajo de la de Bernardo O’Higgins, José Miguel Carrera o Manuel Rodríguez".



"En la historia de Chile la figura del general José de San Martín no es destacada como la de un libertador y sólo se resalta su relación con Bernardo O’Higgins, como un aliado y amigo, pero muy lejos de la imagen de prócer que tiene en la Argentina".



"Cuando vas a la escuela, te hablan de O’Higgins como el libertador y de San Martín como una especie de colaborador y te dicen que la batalla de Chacabuco la condujo O’Higgins", afirma Gajardo.




"San Martín no aparece en las monedas, ni en las plazas, ni en monumentos; ni en las calles de Chile", dice Gajardo.




En los años 90 y 2000, cuenta Gajardo, la televisión chilena emitió una serie, "Héroes", tendiente a mostrar a los próceres con un rostro más humano. San Martín no está en la lista; aparece sólo como personaje secundario. "Las últimas generaciones se quedan con esa historia, despreciativa hacia O’Higgins, el ’guacho Riquelme’, le dicen por ejemplo, usando el apellido de su madre y en alusión a su condición de bastardo", comenta Edwards Gajardo.



En febrero de 1817, José de San Martín comandó un ejército formado por chilenos y argentinos que venció a los españoles en la Batalla de Chabacuco y consagró la independencia de Chile. Los chilenos Bernardo O’Higgins y Ramón Freire solo ayudaron a organizar y adiestrar al llamado Ejército de los Andes.



Durante sus últimos años desde Francia, en correspondencia privada con amigos, el mismo San Martín comentó que el único país que le mostró reconocimiento y gratitud fue Perú, paradójicamente, decía, el que menos le debía, dado que de allí se marchó sin poder completar su misión.



Argentina, en cambio, se tomó su tiempo para empezar a poner las cosas en su lugar. Recién en tiempos de Rosas, la legislatura bonaerense empezó a rendirle homenaje anualmente.




En Chile, el prestigio de San Martín siguió siendo víctima indirecta de la querella que todavía se proyecta hoy sobre los debates entre carreristas y o’higginistas.




Queda pendiente reconocer el papel de ideólogo y jefe de la expedición libertadora que desempeñó San Martín y de conductor de las dos batallas que le dieron la independencia a Chile.

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