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[HAY VIDEO] Estas mujeres fueron quemadas con ácido: así trabaja un famoso cirujano

El médico colombiano obtuvo reconocimiento internacional tras asistir a víctimas de estos ataques.

El reconocido cirujano plástico colombiano Alan González conoció el horror de las mujeres víctimas de ataques con ácido casi por casualidad, sin pensar que para muchas se convertiría en el "ángel" que les devuelve la sonrisa. Hoy es uno de los titulares de la ONG Reconstruyendo Rostros que busca “devolver la sonrisa” a quienes lo necesiten.



"Nunca imaginé que esto que empezaba a hacer con tiempo y recursos limitados pudiera tener tanta repercusión", explicó a la agencia AFP el especialista, que destina parte de sus ingresos de la práctica profesional privada a reconstruir gratuitamente los rostros de mujeres agredidas con químicos.



Desde su consultorio en Bogotá, González, de 46 años, asegura que ni siquiera sabía que esto ocurría en su país, donde este crimen deja unas 100 víctimas al año, según cifras oficiales. "Había visto que pasaba en Pakistán, pero no aquí", afirma, atribuyendo a la "ignorancia" y a la "intolerancia" esta forma de violencia contra la mujer, generalmente perpetrada por exparejas.





Desde finales de 2010 este médico ha visto 24 mujeres en consulta y reconstruido a 15, sumando casi 300 procedimientos quirúrgicos.



Convencido de que "la cirugía plástica no es la cirugía de la vanidad, sino de la vida", González operó a soldados y policías heridos por el conflicto armado antes de atender a mujeres atacadas con ácido, esas que, subraya, están marcadas por la "desesperanza" y las "ideas suicidas". "El reto es devolverles sus sueños e ilusiones, y sobre todo sus sonrisas. No solo reconstruimos caras: reconstruimos vidas", dice.





El caso de Ángeles



Ángeles Borda está nerviosa cuando entra al quirófano para la novena intervención que busca recomponer su rostro desfigurado. La acompaña Gina Potes, la primera víctima de ácido registrada en Colombia y pilar de Reconstruyendo Rostros. Ángeles tiene 32 años y hace 10 que convive con las cicatrices del fatídico 7 de febrero de 2007, cuando al pasar frente a una obra en construcción, le tiraron ácido nítrico en la cara por no voltear a mirar cuando la llamaron.



"Sé que en unos mesesitos me voy a ver mejor", afirmó, una semana más tarde. Esta madre de tres hijos, vendedora de golosinas en la vía pública, se considera una sobreviviente. "Tenía dos opciones: quedarme llorando o salir al mundo a mostrarme como soy. Lo que me ocurrió es muy triste, pero se puede vivir con estas secuelas", enfatizó.



González, según publica TN.com.ar destaca que a la barbarie del ataque con ácido se suma "la cruda realidad" de las víctimas: 99% de estratos socioeconómicos bajos y "con necesidades de vivienda, educación, trabajo insatisfechas".



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