[VIDEO] Los hinchas salteños se alejaron de las canchas y explicaron sus razones
A través de una encuesta de Que Pasa Salta, los hinchas explicaron los motivos que los alejaron de las canchas.
Los hinchas salteños se alejaron de las canchas y la situación no pasa desapercibida. El último fin de semana, el Dr. Luis Güemes albergó a 2.000 espectadores (según el cálculo de la Policía), mientras que en el Gigante del Norte hubo aproximadamente unos 1.000 aficionados (se jugó con público visitante). A su vez, la semana pasada se disputó el clásico entre Juventud y Gimnasia en el Martearena (sólo con hinchas locales) y la concurrencia no colmó las expectativas de la dirigencia antoniana.
No obstante, quedó demostrado con creces que el hincha salteño sí responde cuando el espectáculo futbolístico promete o seduce (Copa Argentina, torneos de verano). Lamentablemente, la ecuación varía radicalmente cuando juegan los equipos locales.
Los factores para explicar el fenómeno son varios: pobreza futbolística, inseguridad en los estadios, precios excesivos, formato de los torneos, horarios incómodos, etc. Sin embargo, los hinchas opinaron masivamente en una encuesta de Que Pasa Salta y priorizaron la mediocridad de los equipos locales por sobre otras razones. Los hinchas no se identifican con los jugadores y cuerpos técnicos y optaron por darles la espalda (José María Bianco y Juan José López son largamente cuestionados). Consideran que no existe un proyecto futbolístico serio y a largo plazo.
Por otra parte, los jugadores foráneos (también llamados golondrinas) opacan a los futbolistas juveniles y las divisiones inferiores quedan relegadas a un segundo plano. Falta sentido de pertenencia.
Es por eso que llamó la atención la situación que vivió el equipo de Arenga Deportiva en el estadio de Gimnasia. Un dirigente del Albo se arrimó a la cabina e insinuó que la escasa concurrencia se debía a las transmisiones que realiza habitualmente el medio por internet. Una ridiculez. El hincha se alejó hace mucho tiempo de los estadios y los medios de comunicación no tienen la culpa. Para algunos parece más fácil lavarse las manos que realizar una autocrítica.
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