Matías Isola

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Salta Basket: lo mejor está por venir

La temporada dejó una infinidad de enseñanzas para jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Y también para el público salteño, amante del deporte en general y del básquet en particular.

Lo importante es que la vara quedó alta para Ricardo De Cecco y sus muchachos. Si bien no está confirmada en su totalidad la continuidad del experimentado entrenador al frente de los infernales, todo parece indicar que seguirá en el cargo. La temporada que transcurrió servirá de aprendizaje y ayudará a madurar en varios aspectos. Por ejemplo manejar con mayor frialdad y serenidad los momentos calientes de los encuentros, y fundamentalmente los cierres de los partidos, el gran déficit del equipo. A Salta Basket se le escaparon encuentros increíbles precisamente por tomar malas decisiones en los pasajes cruciales.



Ni bien finalizó el cuarto juego frente a Echagüe en la serie de playoffs (arbitraje bochornoso mediante), quedó flotando en el ambiente una sensación ambigua: por un lado, el reconocimiento para el cuerpo técnico y los jugadores por el esfuerzo realizado; y por otro, el sabor amargo de no haber podido avanzar una llave más. Y no está mal, al contrario. Para la temporada 2016/17 la exigencia será mayor y las metas trazadas seguramente serán más ambiciosas. El objetivo, sin lugar a dudas, pasará por la consolidación del equipo y el afianzamiento en la categoría.



No obstante, para tener un equipo competitivo y no de "relleno", será determinante que se sostenga el apoyo económico tanto del sector público como del privado. Salta Basket necesita del respaldo de los auspiciantes y sponsors para solventar los onerosos gastos que genera la segunda categoría del básquet argentino (esta temporada hubo que hacer malabares). Así como también necesita del público, que en el Torneo Federal supo colmar el estadio Delmi y conmover a todo el país, a tal punto que los dirigentes nacionales detectaron en Salta una plaza seductora e invitaron a los infernales al TNA.



Cuando la eliminación frente a los entrerrianos todavía estaba latente, el secretario de Deportes de la Provincia Sergio Plaza aseguró que el Gobierno seguirá apostando al proyecto y trajo un manto de tranquilidad. Y no es un dato menor. De Cecco (de seguir en el cargo) necesita estabilidad y certidumbre para comenzar a diagramar lo que viene, al igual que los dirigentes.



Ante la velocidad de los hechos, no se toma dimensión de la importancia que tiene Salta Basket. Muchos miraban con cierta desconfianza a Tupac Puggioni cuando presentó el proyecto y hasta lo tildaban de osado. Por poco no se le reían en la cara. El sueño se hizo realidad y es motivo de orgullo para los salteños. Pero no hay que quedarse en eso, no hay que estancarse, no hay que dormirse en los laureles. Hay que seguir soñando y alimentando la "criatura", que es de todos.



En definitiva, hay que bregar para que Salta Basket tenga continuidad en el tiempo y no sea sólo un proyecto efímero. Para ello, todas las patas que sustentan el proyecto deben comprometerse con la causa. La simbiosis entre el equipo y el público se dará de manera natural siempre y cuando haya una retribución desde el rectángulo que contagie a la afición. ¿Se imaginan un Delmi repleto acompañando a los infernales en la lucha por el ascenso a la Liga Nacional de Básquet (LNB)? Soñar no cuesta nada, sino pregúntenle a Tupac.

 

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