El deporte argentino buscará cosechar su siembra en Río de Janeiro

En los últimos días se confirmó la participación del gimnasta Nicolás Córdoba en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y así la delegación argentina alcanzará el récord histórico logrado en Londres 1948, con un total de 213 deportistas.

Ahora bien, más allá de la nutrida delegación que nos representará en la máxima cita deportiva del planeta, la pregunta que se impone es cuáles son las chances reales y concretas de conseguir medallas. Como siempre en estos casos, el objetivo inmediato será mejorar la performance de los Juegos Olímpicos pasados (Londres 2012), donde se obtuvieron 1 medalla de oro, 1 de plata y 2 de bronce.

Por otra parte, Río de Janeiro servirá de parámetro para saber a ciencia cierta dónde está parado el deporte argentino. Hace más de 6 años, el Congreso Nacional aprobaba la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD). Una iniciativa histórica y sin precedentes para financiar y estimular el desarrollo de atletas en formación, y desde luego garantizar las condiciones propicias y adecuadas para que los deportistas de alto rendimiento puedan entrenarse y enfocarse en sus objetivos. Para algún desprevenido, cabe recordar que los fondos destinados al ENARD provienen del 1% de la facturación de la telefonía celular.

De todas formas, y para ser realistas, hay que destacar que será sumamente difícil lograr al menos una presea dorada. Quizá la disciplina con más probabilidades de subirse a lo más alto del podio sea el hockey sobre césped en sus dos ramas, masculina y femenina. Las Leonas consiguieron medallas en los últimos 4 Juegos Olímpicos y buscarán de una vez por todas el postergado oro. En cuanto a los varones, en los últimos años evolucionaron considerablemente y se codean con la elite.

A su vez, existen otros deportes colectivos e individuales que aspiran a medallas: la judoca Paula Pareto, el nadador Federico Grabich, la dupla femenina de beach volley compuesta por Ana Gallay y Georgina Klug, el seleccionado masculino de fútbol, el seleccionado masculino de rugby (modalidad seven), el yatching (en todas sus especialidades), entre otros.

En definitiva, del 5 al 21 de agosto se volverá a encender la llama olímpica que representa el espíritu de los Juegos que nacieron en la Antigua Grecia y que se reinventaron en Atenas 1896, con la primera edición moderna. En ese contexto, el deporte argentino buscará cosechar su siembra.