Temor de productores

Llegan al país los huevos "libres de jaula" y hay polémica por su costo

Cada vez más empresas se comprometen a usarlos en Argentina. Los productores se niegan al cambio.

El huevo o la gallina. El debate sobre qué surgió primero todavía no está cerrado y ya se vienen cambios importantes. Cada vez más empresas se comprometen a abastecerse de "huevos de gallinas libres de jaula". El tema genera polémica en el sector, con puntos de vista antagónicos. Los defensores de animales lo aplauden, los expertos en nutrición lo miran con desconcierto, y la cámara de productores lo rechaza rotundamente. En el medio quedan los consumidores, que sufrirán los aumentos de precios.



El bienestar animal es la bandera que promueve el cambio. En el sistema actual se usan las "jaulas en batería", que son pequeñas y están apiladas. Las gallinas viven confinadas, no pueden estirar completamente sus alas, ni realizar comportamientos naturales como anidar y picotear el suelo. Este sistema está prohibido en Australia, Nueva Zelanda, algunas partes de Europa y de Estados Unidos. Pero en Argentina no existen leyes que lo regulen.



Varias compañías internacionales se comprometieron al cambio, lo que incluye sus operaciones en Argentina. La última fue Aramark y la lista ya estaban Unilever, Nestlé, Grupo Bimbo, Alsea, Hoteles Accor y General Mills. Para que se concrete la transición, habrá que esperar varios años. Por ejemplo, Unilever puso como fecha límite el 2020 y Amarak el 2025. "Una pequeña o mediana empresa puede hacer la transición en tres años, pero a una más grande le puede tomar 5 u 8 porque debe ajustar sus procesos y trabajar con sus proveedores", dijo a Clarín Ignacia Uribe, gerente de Humane Society International (HSI).Ahora sí, la pregunta del millón: ¿Dónde van a poner a las gallinas? En las llamadas "jaulas enriquecidas" que permiten "producir a piso". Son lugares cerrados y controlados, donde los animales gozan de mayor espacio. Incluyen elementos que enriquecen su ambiente, como arena, nidos, comederos y bebederos.




 


"Es beneficioso desde el punto de vista del comportamiento animal", señala Zulma Canet, especialista del INTA Pergamino y coordinadora del área Granja-Aves del programa nacional ProHuerta. "No es lo mismo que haya cinco aves por jaula, donde hay 300 cm2 por animal, a tener 500 o 600 cm2 por animal, o sea el doble. Pueden expresarse y hacer todo lo innato que tienen. Porque si ponés un ave en el piso automáticamente empieza a revolcarse. Y te preguntás por qué lo hace, si desde que nació está en una jaula. Lo tiene incorporado", relata.



Además, los promotores del cambio sostienen que habrá un beneficio humano. "Las mejoras en el bienestar de los animales pueden mejorar la inocuidad de los alimentos", señala un reporte de la HSI. Menciona a 15 estudios publicados en los últimos cinco años que --al comparar un método de producción con el otro-- habrían encontrado que las gallinas encerradas tienen tasas más altas de contaminación con salmonella.



Clarín consultó a referentes nacionales en nutrición --incluida una experta en el estudio de las propiedades del huevo-- y todos aseguraron desconocer el tema y los supuestos beneficios para la salud de "liberar" a las gallinas. Por su parte, Silvina Tasat, vocal de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), subrayó que "el tema de la salmonella siempre está presente. Sea el huevo de la procedencia que sea, se recomienda que esté bien cocido. El huevo frito o con poca cocción no se admite desde la seguridad".



El mayor rechazo es de los productores. Son unos 1.000 en Argentina: 850 familias y 150 grandes empresas. Más del 98% de los huevos los hacen con jaula. Para adecuarse, tendrían que construir galpones, comederos y cintas para mantener a los huevos. Según Javier Prida, ‎presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), deberán invertir un total de 3.000 millones de dólares. "Esta norma expulsa gente. Sacaría al 70% de los productores del país, cerrarían las puertas", pronostica.



"Todo eso, sin saber si nuestros consumidores los van aceptar, porque las nuevas modas de producción encarecen. La gente pagaría un 50% más por ese huevo", continúa Prida. "Esto es una locura. No nos vamos a adecuar a un sistema que no es bueno para la salud pública, no es bueno para los productores, y es mentira que sea bueno para los animales", sostiene el presidente de CAPIA. Más moderada es la postura de Zulma Canet: "Yo apuesto a este cambio, es una oportunidad. Pero me parece que no todos los criadores pueden acceder porque el costo es mayor. Si el consumidor está dispuesto a pagarlo, es viable".

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