¿Dónde está el avión?

La terrible confesión de la esposa del piloto que lleva 5 días desaparecido

El avión despegó del aeropuerto de San Fernando con destino a Formosa y desapareció de los radares.

Matías Ronzano es un piloto que se considera "recién empezando" en su profesión y a quien la oportunidad de comenzar a trabajar para la empresa Aibal, desde fines de abril de este año, le representó un gran desafío y un progreso importante en su carrera. Todo esto se desprende del testimonio de su esposa, Angie Barbero.



La mujer habló con el canal de noticias TN y, con la voz quebrada por momentos, resumió la carrera de su esposo, que inició su acercamiento a los aviones a través de los modelos a escala y trabajó para poder solventar su formación como piloto. Ronzano había piloteado un avión de publicidad sonora para un circo y ponerse al mando de una aeronave como el Mitsubishi de la firma Aibal fue un gran salto profesional para él.

Aquí, el testimonio completo de Angie Barbero sobre la carrera de su esposo y padre de su hija:



Según consignó Clarín, el club de aeromodelistas fue su primer acercamiento a los aviones, su primer posibilidad de tener un avioncito cerca, que está todavía en el lavadero de casa.



Después, cuando fue más grande comenzó a trabajar para tratar de juntar sus primeros pesos para conseguir la primera licencia de piloto privado, que la hizo con un instructor, con Julián, que hoy es uno de sus mejores amigos también.



Mientras tanto también estuvo trabajando como apoyo logístico, apoyo de tierra con los aviones hidrantes que apagan los incendios forestales. Ese fue su otro gran acercamiento y (un modo de ) empezar a conocer gente de todo el país que hoy está colaborando, ayudando, dando fuerza. Hizo grandes amigos ahí, gente que lo pudo ayudar a empezar a rumbear en su camino para que ser piloto.



Estaba y creo que está muy contento. Su primer trabajo después de hacer la licencia comercial, que es la que necesitan para trabajar (...), fue con el Circo Rodas, la gente lo adora. Arrancó volando allá cerca de Bolivia, recorrió toda la Argentina. Estaba feliz. Más allá de que lo hizo por juntar la mayor cantidad de horas (de vuelo) posible. Hacía publicidad sonora del circo. Esa fue su primera felicidad.



Después le surgió la oportunidad de trabajar con Carlos Malaspina en Pehuajó, que sé que habló y habló muy bien y se quieren muchísimo. Ese trabajo también le abrió muchas puertas, un gran crecimiento. Y ahora con este último trabajo que hace unos cuatro meses había arrancado, estaba muy feliz también porque el avión, como hablan entre ellos, era de otro nivel; un avión más grande, más preparado. Además ya con nuestra beba, que es otra cosa, otra situación, algo que a él le daba mucha fuerza y ganas de progresar por ella.



Empezó a trabajar (para Aibal) alrededor del mes de abril. Trabajó un tiempito con las dos empresas juntas. Para no dejar en banda al jefe anterior, para prepararle un chico que se quedara con él. Y a partir de fines de abril trabajar con Ignacio Aristi fue una gran oportunidad que le surgió y en la que todos lo apoyamos. El decía, "yo, que recién empiezo y me está surgiendo esto". "Y bueno, ¿a qué le tenés miedo? si se te presenta la oportunidad, tenés que hacerlo..." (Estaba) feliz con eso, muy contento, muy agradecido.



Me decía que estaba feliz (por la posibilidad de pilotear el avión Mitsubishi de Aibal). Me decía "gorda, pensá que hay gente que está años y años y años y trabajando de una cosita y de otra buscando y no le surgen estas posibilidades y a mí me surgen". Me decía eso, cuando las primeras chalas con la empresa me decía, "¿y lo hago o no lo hago? ¿Será para mí?".

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