Muy conmovedor

La emotiva publicación sobre los chicos que venden pan en la peatonal

Una mujer compartió en su cuenta de Facebook una interesante reflexión sobre algo que muchos miramos pero pocos vemos.

Su nombre es Gisse, vive en Santiago del Estero, una de las tantas provincias donde podemos mirar la misma escena una y otra vez. Ubicados en las peatonales, con su canasta, tratando de vender pan para poder subsistir.



Muchos los miramos como tratando de alejarnos o pasar rápido para que no nos hablen, pero muy pocas veces nos pusimos a pensar en sus historias. Conmovida ante esta situación que se repite diariamente, la muchacha publicó lo siguiente:



"Lo veo y siento bronca hacia mi misma. Bronca por todas las veces en que preferí caminar unas cuadras más hasta llegar a alguna panadería para comprar lo mismo que me ofrecia él en cada esquina. A través de diferentes personas, me daba oportunidades para dejar de ser tan estúpida. Estúpida por pensar que lo que iba a comprar en otro lugar seria de "mejor calidad", que estaría hecho en un ambiente "más limpio". Prejuicios de mierda! ¿En que radica la calidad si no es en ese esfuerzo que no sabemos ver? De las personas que se quedan dormidas en un colectivo yendo a vender lo que vos no compras, porque preferís dejar tu plata en un lugar que factura en montos que cuesta dimensionar. Y es realmente injusto.

Es injusto cuando no das oportunidades, cuando no abris caminos, cuando apostas a lo grande y te cagas en el resto. Cuando nisiquiera miras a la cara al chico que te ofrece lo que tal vez signifique su cena, o la de su hijo (porque tal vez, pensar en los dos les resulte mucho).

Vos te olvidas que la sociedad es la que crea los productos enfermos, y que también sos responsable. Y entonces te quejas. Vos te quejas del "negro de mierda", del "mal nacido", del "villero", pero te pusiste a pensar que calificativo te cabría a vos?

Es doloroso que estemos tan cegados, que nos  caiga la ficha tarde (si es que nos cae) y que sigamos cruzando esquinas anestesiados. Que nos de "lastima" una persona cuando, en verdad, la vergüenza deberíamos sentirla por nosotros.

Una sociedad que no sostiene es la que arroja los síntomas que ves todos los días. Síntomas que representan que algo no anda bien. Y déjame decirte que estamos funcionando como el orto, y nisiquiera nos damos cuenta"

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