¿La hizo bien?

Se ganó $760 mil en el casino con un truco que puede hacer cualquiera

La casa de juegos quiso negarle el pago, pero la Justicia dijo que lo que hizo es legal.

Francisco "Chicho" Rodríguez entró al casino de Mendoza solo. Tenía 80 años, era jubilado y viudo, y hacía más de una década que iba a apostar y a pasar el tiempo en las máquinas tragamonedas. Estaba anocheciendo cuando puso un billete de 50 pesos en su preferida: "Carrera de caballos". Diez segundos después, la máquina encendió las luces, una sirena empezó a sonar y la pantalla indicó que había ganado más de 760.000 pesos. Francisco se emocionó, pero la emoción duró poco: los empleados que se acercaron le dijeron que había ocurrido un error técnico y que no podían pagarle.



Según se describe en el fallo de primera instancia, para el Instituto Provincial de juegos y casinos, el hombre "con gran astucia y sin jugar o apostar (…) percatado de la situación anómala que le informaba la máquina, intentó sacar provecho de la misma y pulsó directamente el botón de "cobro" para que el personal del Casino se constituyera en el lugar y le pagara lo que la misma le había acreditado por error antes de jugar, haciendo toda una puesta en escena y escándalo".



"Si la máquina se desompuso no es culpa mía. Yo puse mi plata, empezó a funcionar y tiró el premio", dice Francisco Rodríguez, que ahora tiene 84 años. Es que, del otro lado, argumentaron que se trataba de un caso de "enriquecimiento sin causa", es decir, alguien que, conociendo cómo funcionaba el sistema de apuestas, pretendía "sacar partido y cobrar un abultadísimo monto de dinero", mayor al premio máximo que daba esa máquina e imposible de conseguir tan pocos segundos.



Como no había cámaras en el lugar en que sucedió todo y la pericia a la máquina no logró probar el error técnico, la Justicia le dio razón al jugador. Argumentaron que el Jefe de sala no había visto ningún cartel que indicara que había habido un fallo y tampoco los dos apostadores que jugaban al lado de el anciano y que salieron de testigos.



Lo que hicieron, entonces, fue aplicar la Ley de Defensa del Consumidor que dice que, en caso de duda, debe prevalecer la norma más favorable al consumidor. Por eso, en el fallo de primera instancia, ordenaron que se le paguen los 760.119 pesos más los intereses. Pero hubo más: los magistrados consideraron que, como el anciano se había ilusionado, le habían provocado un "daño moral".

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