Matías Isola

Que Pasa Salta
Bolsillos flacos

Inflación y tarifazos: ¿dónde quedó la revolución de la alegría de Macri?

La economía sigue maltrecha y los argentinos tienen cada vez más dificultades para llegar a fin de mes.

Los meses pasan y la tan mentada lluvia de inversiones no llega. El gobierno de Mauricio Macri anunció recientemente con bombos y platillos una reforma del Estado para supuestamente propiciar el desembarco de plata fresca que genere puestos de trabajo en Argentina. Sin embargo, habrá que tomar con pinzas las desmesuradas expectativas del oficialismo. Cambiemos lleva más de dos años en el poder y hasta el momento la revolución tuvo poco de alegría y mucho de sinsabor.



Las subas de impuestos y los tarifazos fueron moneda corriente desde que Macri desembarcó en el sillón de Rivadavia. Como contrapartida, los salarios corren detrás de la inflación y la plata no alcanza. Son pocos los privilegiados que llegan a fin de mes. Ni hablar de darse determinados gustos que a esta altura parecen un lujo: ir al cine, al teatro, salir a comer. Mucho menos cambiar el auto o irse de viaje. Para colmo de males el Gobierno aspira a poner un techo bajo en las paritarias y el 2018 promete ser un año caliente en materia de protestas sociales. Como se dice en la jerga, "el horno no está para bollos".



Con algunos atisbos de recuperación fundamentalmente en la construcción, la economía no termina de despegar y la impaciencia se palpa en el día a día. El verdadero termómetro es la calle y es muy frecuente escuchar quejas contra la situación actual del país en el súper, en la verdulería o en el taxi. La inflación de 2017 cerró en 24,8% y dejó pelados los bolsillos de los argentinos, que perdieron poder adquisitivo. La meta del Gobierno no se cumplió y "el impuesto a los pobres" terminó altísimo. ¿Cómo creer entonces en las predicciones del oficialismo para este año?



La excusa de la herencia recibida comienza a perimir y hasta los votantes de Macri exigen que se cumplan mínimamente con las promesas electorales. La lógica de la grieta será funcional para determinados sectores, pero al conjunto de la sociedad no le otorga ningún rédito ni beneficio. El pueblo necesita soluciones por parte de la dirigencia política, fundamentalmente del gobierno de turno. Y hoy en día esa responsabilidad recae en Cambiemos. ¿Estarán a la altura de las circunstancias en los próximos dos años?



En otros términos, los laburantes y las clases más postergadas necesitan que el Gobierno les tire un centro. Abrir un diario y leer una buena noticia que aliviane los bolsillos y que brinde tranquilidad. Porque hasta el momento la mayoría de los anuncios y medidas fueron en el sentido inverso. Aumentos y más aumentos que asfixian a las maltrechas economías familiares. En 2019 comenzará la campaña para elegir presidente y llegarán nuevas promesas electorales. Hasta tanto, Macri deberá gobernar para todos los argentinos, y no sólo para un sector. La promesa de revolución de la alegría quedó lejana en el tiempo. A esta altura nos conformamos con una sonrisa.

 

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