#OrgulloSalteño

La maestra salteña que caminó 7 horas diarias para enseñar en el campo

Su nombre es Silvia, tiene 58 años y ha ejercido la docencia durante 35 años.

Su nombre es Silvia del Valle Tapia Cabrera. Desde los 23 años que es docente y, tras 35 años de servicio ininterrumpido en la zona de la frontera, decidió jubilarse.



Silvia empezó trabajando en una escuelita de General Güemes, donde enseñó durante un año. Luego, se fue al campo, a San Andrés y El Naranjo, a brindar su servicio en escuelitas albergue.



Para llegar a San Andrés, el colectivo lo más cerca que podía dejarla era sobre la ruta. De ahí, la docente debía caminar entre medio de los árboles y ríos durante unas 7 horas. "Lo más complicado era pasar por el río Maroma, que era inmenso y muy caudaloso. En ese tiempo no entraban los vehículos", cuenta su hija Andrea a Que Pasa Salta.





 



En la escuela de El Naranjo era la misma travesía. Como estaba muchas horas fuera de casa, Silvia iba a trabajar en compañía de sus hijos, quienes la acompañaban en ese largo trayecto todos los días. A veces, llevaba a su hijo más pequeño a upa.



Años más tarde, Silvia se fue a enseñar a una escuela de Higueras, en Iruya, a 5 o 6 horas del pueblo. Al igual que con San Andrés y El Naranjo, para llegar a la escuela había que caminar entre los ríos, la arena y las piedras, ayudándose de varas de árboles. "Caminábamos hasta que veíamos el río San Pedro, que estaba al frente de la escuelita", recuerda su hija en diálogo con este medio.



Hoy, a pocos meses de dejar el servicio al que se dedicó gran parte de su vida, Silvia tiene 58 años y se encuentra jubilada. El día que dejó la escuela rural, sus alumnos le despidieron con un humilde acto lleno de aplausos.





¡Aplausos para nuestro #OrgulloSalteño!

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