Matías Isola

Que Pasa Salta
Gatillo fácil

El homicidio de Nahuel nos tiene que doler a todos

El joven de 17 años fue asesinado a sangre fría en barrio Solidaridad y el disparo habría sido efectuado por un efectivo policial.

El homicidio de Nahuel Salvatierra no puede quedar impune y debe movilizar a toda la sociedad salteña. Lamentablemente, en los últimos días se leyeron comentarios aberrantes en los distintos foros en alusión a la muerte del joven de 17 años: "algo habrá hecho", "se lo merecía", "uno menos", "por qué corría", "de qué se escapaba". Y así un sinfín de afirmaciones sin conocimiento de causa. Y sin el debido respeto para con una familia que todavía no asimila la pérdida de un hijo y que se encuentra entendiblemente sumida en el más profundo dolor.



¿Qué nos pasó como sociedad para que algunos justifiquen un caso de "gatillo fácil"? Fue el mismo Rodrigo Miralpeix quien abonó la hipótesis del asesinato "a sangre fría". En delcaraciones recientes, el fiscal afirmó: "La situación bajo ningún punto de vista ameritaba el uso de un arma letal. El impacto se produjo atrás de la cabeza, estaba de espaldas, tenemos que precisar la distancia. La víctima y uno de sus amigos no estaban armados". Más claro imposible. El efectivo policial que disparó el arma no tenía necesidad de hacerlo. La tragedia se pudo haber evitado.



Por el caso hay dos imputados y ambos pertenecen a la Policía. Es otro aliciente que debe encender las alarmas. Existe una demanda de la sociedad para combatir la inseguridad y en ese sentido hay consenso. Sin embargo ese clamor popular no autoriza a un efectivo a disparar a quemarropa y a terminar con la vida de un joven. Avalar ese accionar es avalar un homicidio, lisa y llanamente. 



La hipótesis que se maneja es que los uniformados se encontraban fuera de servicio al momento del hecho y cuando se desplazaban en moto se percataron de un presunto enfrentamiento entre grupos antagónicos. Según la versión de Emilio Gastón Aguilera Alanis, habrían sido agredidos por una de las facciones. No obstante, Juan Carlos Cardozo sería el autor del disparo que mató a Nahuel. ¿Es ese el método para disuadir un conflicto? ¿No existe otra táctica? ¿Fue un hecho aislado o reflejó la falta de capacitación del personal? Son interrogantes que ojalá encuentren respuestas rápidas. La única certeza hasta el momento es que los efectivos irrumpieron en el lugar y el joven terminó muerto.



Esta vez pasó en Solidaridad, pero el día de mañana puede ocrurrir en cualquier otro barrio salteño. La Justicia deber actuar con la celeridad del caso y condenar a los responsables del hecho. La vida de Nahuel no se recuperará, pero sí se puede evitar que el día de mañana vuelva a suceder lo mismo. Este caso de "gatillo fácil" debe marcar un antes y un después. Si hacemos la vista gorda estaremos ante la inminencia de una nueva tragedia. Y la sociedad en su conjunto sería cómplice.



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