Mal te veo

Por las ausencias, sólo tres de cada diez empleados públicos nacionales cobraron el premio por presentismo

Es un plus de $ 1.300 bruto por mes. Por cuatro meses, el Estado gastó $187 millones extra en la bonificación.

Mientras los gremios alertan por despidos en el Estado, el Gobierno concretó por primera vez el pago de un bono por presentismo a los empleados públicos. Sin embargo, menos de la mitad de los estatales que están bajo el Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP) pudieron acceder al premio por asistencia perfecta fijado en la paritaria de este año.



Según datos del Ministerio de Modernización de Andrés Ibarra, el gerente de recursos humanos del Estado, apenas 36.131 empleados de la Administración Pública Nacional, sobre un universo de 110.216 que estaban alcanzados, no registraron ninguna ausencias en el período julio-octubre y cobraron el premio completo. A ellos, tanto empleados de la planta permanente como contratados en forma temporaria, se les liquidóun plus de $ 5.200 en bruto, a razón de $ 1.300 por cada mes con presencia perfecta. El informe, al que accedió Clarín, precisa que, para hacer frente a ese bono, el Estado requirió de $187 millones adicionales.



El relevamiento, por el momento, no diferencia con exactitud los casos de aquellos que registraron ausencias: para quienes tuvieron una falta en el cuatrimestre, siempre que fuera justificada, el incentivo mensual ascendió a $ 910, mientras que los que faltaron en dos ocasiones, el plus bajó a $ 520.



En cambio, hubo unos 19.108 trabajadores que, por tener más de dos faltas justificadas o por haberlo hecho sin motivo concreto, se quedaron sin cobrar ningún tipo de premio.



Entre los organismos que más porcentaje de su planta no recibió el bono sobresalen: el Hospital Malbrán (el 74% no lo cobró), la Biblioteca Nacional (62%) y Fabricaciones Militares (60%).



También quedaron afuera del premio coordinadores, directores y demás funcionarios, es decir, la planta política del Estado nacional.



"El objetivo principal del premio fue reconocer al que asiste a su puesto de trabajo y el que cumple con su compromiso de trabajar", dijeron cerca de Ibarra. En efecto, fue incluido dentro de la última paritaria que el Gobierno acordó con los estatales de UPCN y que se negó a firmar ATE.



Para poder justificar el pago del presentismo, el Ministerio de Modernización intensificó las auditorías y controles en todas las reparticiones públicas que no implementaron el sistema biométrico, aquel que permite que cada empleado registre su presencia con su huella dactilar y un código numérico de ingreso. "El año que viene (por 2018) el sistema tiene que estar implementado en todos los ministerios", anunció Ibarra, al cabo de un acto -días atrás- en el Centro Cultural Kirchner. Algunas dependencias, insólitamente, todavía tienen control de asistencia a través de una planilla en papel.



Si bien cerca de Ibarra advierten que "no está confirmado" que el premio por presentismo vuelva a ser incluido en la próxima paritaria, destacan que fue una herramienta interesante a la hora de mejorar la eficacia en el Estado. Y también como depuración: hubo 400 renuncias, de las cuales 80 fueron en la Biblioteca Nacional. "Era gente que en su mayoría no cumplía horario. Y que al tener que cumplir, prefirió irse", dijeron.



Al mismo tiempo, el incentivo generó un compromiso extra en cada dependencia que ayudó para poder determinar las asistencias de los empleados con mayor precisión.



Tanto que, también por primera vez, el Gobierno ahorró dinero de sueldos ya presupuestados: es que, amparado por el nuevo "Reglamento General de Control de Asistencia y Presentismo", publicado en abril por el Gobierno en el Boletín Oficial, descontó unos 18 millones de pesos a aquellos empleados que registraron faltas injustificadas o se ausentaron, sin motivo, más de 4 horas de su trabajo durante una jornada. "Al que no pudo justificar la falta, se le descontó el día", precisaron.



El control -y pago- del presentismo es sólo una arista más del plan de jerarquización que trazaron en Modernización, donde planean el pase a planta permanente de empleados que se encontraban en condiciones precarias desde hace más de 10 años. La medida se adoptará durante el primer trimestre de 2018 para alcanzar el pase a planta de unos 5.000 empleados, desde que asumió Mauricio Macri.



Por otro lado, en el Gobierno remarcan que desde que se renovó el Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP) -hoy ofrece un 60% más de oferta académica para los estatales- se duplicó la cantidad de inscriptos y ya se capacitó a más de 100 mil empleados en el manejo de herramientas tecnológicas. En la capacitación, precisamente, se apuntalará el próximo bono: apuntan a medir -y premiar- la productividad.

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