La tragedia del ARA San Juan desbordó al Gobierno: ¿error de comunicación o inoperancia?

Los días pasan y todavía se desconoce la ubicación del ARA San Juan. Pese a la ayuda internacional y a la tecnología abocada a la búsqueda los resultados son negativos. En ese contexto, los familiares de los 44 tripulantes sufren por partida doble: la desesperación por la desaparición de un ser querido y el malestar por la falta comunicación del Gobierno nacional.

El misterio inicial por la desaparición de la embarcación estuvo plagado de información falsa, teléfono descompuesto y pescado podrido. Muchos familiares se enteraron por los medios y por las redes sociales de lo ocurrido ante la escasa o nula información oficial. Grave por dónde se lo mire.

La gestión de Mauricio Macri se caracterizó hasta el momento por la mala comunicación para anunciar medidas o dar noticias. El error es sistemático y llama a la reflexión: ¿es voluntario o involuntario? En el caso del submarino desaparecido no fue la excepción. En los primeros días de búsqueda el ministro de Defensa, Oscar Aguad, brilló por su ausencia y sólo aportó desde Twitter.

 

Por su parte, al Presidente se lo notó desbordado por la situación y optó por un exasperante silencio. Demoró más de la cuenta en enviar un mensaje a los familiares en particular y a la población en general. Más allá de los indudables cortocircuitos con las Fuerzas Armadas, el Gobierno careció nuevamente de tacto y de sensibilidad ante una tragedia nacional.

La prioridad es encontrar al navío. Pese al comunicado brindado por el vocero de la Armada, Enrique Balbi, algunos familiares conservan la esperanza de que los tripulantes se encuentren con vida. Es lógico y entendible. Luego será el turno de la investigación correspondiente para determinar qué pasó y los grados de responsabilidades. Y también será momento para que Macri y compañía hagan un replanteo del criterio comunicacional que utilizan. Que por ahora deja mucho que desear.