Empate clásico

El empate es lo que mejor le queda a un clásico donde Gimnasia fue un poco más

No se sacaron ventajas, terminaron 1 a 1 pero, en este contexto, el Albo mostró un juego más atildado. El Santo fue lo de siempre: garra, empuje y personalidad para llegar a la igualdad.

En la semana el técnico de Juventud probó cambiando el dibujo, y le puso tres puntas a Gimnasia. Primer error: cambiar el GPS a un equipo que venía sacando resultados con la vieja escuela de dejar un delantero potente en el banco, caso Angulo, por ejemplo. Pero Godoy prefirió desgastarlo haciendo que arranque de atrás y después cambiarlo. ¿No era mejor usarlo fresco en el complemento para explotar su potencia y decisión?



Segundo error: lo sacó a César More, cuando estaba haciendo un hueco por su andarivel y hacía pesar su velocidad y potencia para encarar al arco rival. A pesar que el DT explicó el cambio en el vestuario, sus palabras no convencieron del todo.

Juventud arrancó el partido con menos gente en la zona de gestación. El colombiano Angulo se retrasaba dejando al Ratón con la Chancha arriba, pero a ninguno de los dos les llegaba la pelota con claridad, entonces pasaron casi desapercibidos, tanto Zárate como el Ratón. Salvo las trepadas de More, Juventud no llegó a inquietar, sólo lo hizo con pelotazos cruzados o remates desde afuera.



Lo de Gimnasia no fue un canto al fútbol, pero por lo menos busco asociarse para llegar tocando por la zona central, donde los volantes de Juventud no paraban a nadie, y así elaboró la jugada más clara, cuando con tres toques sucesivos, al ras del piso, lo dejó a Fabio Giménez en buena posición pero su remate se fue apenas desviado.



En el complemento Gimnasia pegó primero, con ese tiro libre de Motta que se desvió en la barrera (foto) para inaugurar el marcador. Y con el 1 a 0 a favor creció Gimnasia. Se adelantó unos metros más en el terreno y le tocó la pelotita a un Juventud que estaba desalineado por el tanto. Godoy mandó a la cancha al Betito Acosta, quien a poco tiempo de ingresar hizo un garabato, tiró un centro que la Chancha, cuando no, marcó para empatar y bajarle la persiana a un clásico emotivo, por momento bien jugado y con chispazos de polémica que vinieron por parte de la terna arbitral.



Quedó la sensación de que Gimnasia luce mejor su cuadro a futuro. El Tano le está poniendo de a poco su sello y se nota a lo que quiere jugar. Juventud todavía no encuentra una fisonomía de equipo. Basa su presente en la fuerza, la entrega y la personalidad y experiencia de sus hombres, y por ahora mal no le va, aunque su gente sabe, y su técnico también, que quedan muchas cosas para mejorar si quiere ser protagonista.

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