Vivió un calvario

Salteña se durmió en el colectivo y un africano se bajó los pantalones y la tocó

La joven venía de Metán a Salta en un colectivo de La Veloz.

Una joven de 18 años denunció que fue sometida a tocamientos impúdicos por parte de un depravado, en un colectivo de larga distancia. El hecho ocurrió el lunes pasado, por la mañana.



Alrededor de las 8.55 la chica abordó un colectivo de la empresa La Veloz del Norte en la terminal de ómnibus de la ciudad de Metán con destino a la capital salteña.



A la joven, según dio a conocer Diario El Tribuno, se le había asignado la butaca 14, al lado del pasillo por lo que se ubicó con sus pertenencias en el asiento y todo transcurría con normalidad.



En el asiento de al lado se encontraba sentado un ciudadano extranjero, de nacionalidad africana, que vestía una campera negra. Estaba ubicado en el asiento izquierdo, del lado de la ventana.



El chofer del colectivo inició el viaje y en el transcurso del mismo los dos pasajeros se saludaron amablemente y entablaron una muy breve conversación amigable y respetuosa sobre temas sin importancia.



Dormía

Minutos después la joven se quedó dormida y se despertó cuando faltaban pocos kilómetros para llegar a la ciudad de Gemes porque sintió que alguien le tocaba el brazo izquierdo. La chica abrió los ojos y vio que el pasajero que estaba sentado al lado de ella, con el que había charlado minutos antes, era quien le tocaba el brazo. La joven se asustó y el cuadro fue peor cuando se percató de que el individuo tenía el pantalón y el calzoncillo a la altura de las rodillas. El sujeto la miraba mientras se tocaba su miembro viril. "­Sos un degenerado!", le gritó desesperada tras lo cual le pidió auxilio al chofer del colectivo.



El trabajador detuvo la marcha de la unidad, le exigió al individuo que cesara su actitud, llamó a la Policía para advertir el hecho y cambió a la joven víctima de asiento para resguardarla. Todos los pasajeros de la unidad de transporte oficiaron de testigos del terrible momento que le tocó vivir a la joven y comenzaron a charlar entre ellos repudiando el accionar del acusado, quien permanecía quieto y callado en su asiento.




Cuando el colectivo arribó a la terminal de ómnibus de la capital salteña, un grupo de policías ya estaba esperándolo.




Los efectivos detuvieron al acusado y lo trasladaron a la comisaría 9 y luego a la Alcaidía. La joven hizo la denuncia en la dependencia y aclaró que no requería la revisión de un médico legal ya que los tocamientos impúdicos que sufrió por parte del sujeto habían sido superficiales, pero solicitó que se tomen las medidas legales del caso.



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