Godoy pagaba dos pesos, hoy gana terreno en la consideración del hincha

En la previa del arranque del torneo, Juventud Antoniana seguía sumando refuerzos. En los amistosos no marcó goles, entonces llegó la Chancha Zárate. La defensa hizo agua en el partido con los santiagueños de Central Córdoba, y la tribuna le reprochaba la ida de Cárdenas.

En este contexto jugó el primer partido. Y ganó. Después se hablará de los merecimientos que tuvo, o no, para quedarse con los tres puntos, lo que importaba era la victoria. En el segundo partido el gol de la victoria lo hizo el jugador fetiche: Zárate, el último pasajero. “Son mentiras que el técnico no me quería, la muestra está en el apoyo que me dio para que entrara a jugar”, le dijo aquella tarde la Chancha a Tiro Libre.

Aquella tarde Godoy se dio vuelta y respondió los reclamos de la tribuna, que lo había insultado cuando lo sacó al Ratón Ibáñez para mandarlo a la cacha al colombiano Angulo. Un gesto inútil que lo hizo desde su inexperiencia porque deberá aprender que con el público hay que comérsela y callarse antes de buscar la confrontación.

El sábado fue a Corrientes, y trajo un punto jugando con nueve hombres, algo muy meritorio. Hoy está puntero, con siete unidades, y para “colmo”, a los primos de la Vicente López le va como el traste. Y esto también pesa a la hora de fijarse la tabla. El Santo lo mira desde arriba.

Dentro de dos fechas se jugará el clásico, y Godoy sabe que estos partidos suelen ser el pasaporte para viajar de la mano del hincha hacia el futuro. Ganarlo te da un determinado grado de inmunidad y te blinda contra la impaciencia que a veces se traduce en reclamo.

Juventud está dulce. Su técnico gana terreno en la consideración de la gente y sus jugadores ganan en confianza. Seguramente, antes del inicio del torneo, Godoy cotizaba dos pesos en las apuestas. Hoy está en alza y su trabajo se ve en la cancha. Se sabe que el equipo debe mejorar en algunos aspectos, pero también se sabe que siempre es más fácil hacerlo desde las victorias.