Los datos que pocos sabían de Cintia Tapia, la salteña asesinada en el dique
Antes de que la encuentren muerta y con la cara destrozada, cuidaba de sus dos hijos y trabajaba con un fuerte compromiso social.
A Cintia Tapia la encontraron ayer, tirada cerca de una acequia que baja hacia el dique Cabra Corral, a metros de la piscina del camping El Préstamo. Estaba muerta. Tal vez lo último que vieron sus ojos fue a su asesino mientras descargaba una inexplicable furia contra su rostro, que quedó destrozado por los puñetazos y pedradas que recibió.
Antes de ser la protagonista de uno de los crímentes más aberrantes de Salta, Cintia vivía en una humilde casa del barrio Unión, junto a sus hermanos menores y sus dos hijos: Naira y Tiziano.
Tenía 25 años y la meta principal en su vida era darle a sus pequeños un futuro mejor que el suyo. Por ello se levantaba cada mañana y se iba a trabajar como empleada doméstica, un empleo que no la llenaba de riqueza, pero le permitía subsistir.
Tal vez por su dura historia, había asumido un fuerte compromiso social y militaba en la organización Barrios de Pie, perteneciente a Libres del Sur. La entidad socio-política no emitió ningún comunicado al respecto.
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