Vivían entre la caca, la basura y la mamá muerta: la estremecedora historia
La Policía encontró el cuerpo sin vida de una mujer dentro de un departamento que se hallaba en condiciones de higiene deplorables.
El hecho ocurrió en el segundo piso de un edificio en la avenida Directorio, del barrio de Caballito donde apareció sin vida el cuerpo de una mujer. Según los primeros estudios forenses, la señora de 61 años habría muerto al menos hace cinco días. Por lo tanto, se decidió detener al esposo de ella y al hijo, con quienes convivía.
La historia comenzó en la noche del lunes, cuando el padre de la familia llamó a un servicio médico privado para que atendieran a su mujer, quien "se había descompensado después de haberse caído". Al llegar, el especialista notó que la mujer no solo había muerto, sino que su cuerpo se encontraba en estado de descomposición. El médico llamó de inmediato a la Policía, que enseguida se hizo cargo de la situación.
"Los problemas con ellos ya habían empezado hace un año. En septiembre del 2016 se debatió el tema en asamblea por los olores nauseabundos que emanaba ese departamento. Ellos vivían en el 2° A y con el pasar del tiempo, ese olor llegó hasta el 8° A", aseguró Federico Teijeiro, un vecino del edificio.
"Fue algo imposible de describir. Había heces humanas en todo el departamento. Ellos pedían siempre, mediodía y noche, delivery a una pizzería muy conocida. Había cajas apiladas, comida podrida, ollas con un líquido que, por su color y por su olor, no podría ni describir lo que es. Era un asco", describió.
El último registro que alguien tuvo sobre la mujer con vida fue un plomero, quien acudió el martes pasado al departamento, para tratar de destapar una cañería que había dejado sin agua a la mitad de los departamentos del edificio.
El plomero vio en su momento a la mujer tirada en un colchón dentro de la habitación, con medio cuerpo sobre el suelo. Estaba desnuda y tapada apenas por una sábana muy finita. Para moverse, se arrastraba por el suelo.
El caso sorprendió a todos los vecinos del edificio. Más aún cuando en la última semana se veía al marido de la mujer yendo a su trabajo con su mochila en la espalda y saludando a la gente, como cualquier día normal.
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