Energúmeno es poco

Ex River y Boca complicadísimo: nenita lo acusó de que la manoseaba y la obligó a tener sexo oral

Los detalles de la declaración de la menor son verdaderamente indignantes.

Una psicóloga del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Argentina dictaminó que el relato de la presunta víctima, hoy de once años, es altamente verosímil y que la niña no fabula. El sospechoso es el futbolista Jonathan Fabbro, a quien denuncian por abusar sexualmente de la menor de edad.



Su padrino, el futbolista Jonathan Fabbro, habría abusado de ella, forzándola a practicarle sexo oral, le habría eyaculado en la boca y tocado los pechos, en la casa de su abuela y en el auto del mediocampista, pareja de la modelo Larissa Riquelme. Los abusos no habrían sido en una sola ocasión, sino sostenidos en el tiempo; habrían ocurrido durante al menos cinco años.



La nena habló firme y respondió las inquietudes de la defensa de Fabbro que fueron transmitidas a la psicóloga, y preguntas de la psicóloga misma. Escribió parte de su relato. También, graficó con muñecos los supuestos abusos cometidos por su padrino. Finalmente, ambos peritos de defensa y querella firmaron el análisis, en conformidad con la metodología.



Lo que dijera la menor y lo que luego dijera la psicóloga eran absolutamente clave. El resultado de la cámara Gesell de H. –una inicial de fantasía, empleada para proteger su identidad– se volvía un factor de gran peso para la defensa a cargo de Burlando. La semana pasada, ese resultado se conoció y fue integrado al expediente.



Fuentes cercanas al expediente aseguraron a Infobae que la psicóloga del Cuerpo Médico Forense aseveró que los dichos de H. son “verosímiles” en un muy alto grado y que la menor no fabula. Es decir, al acusar a Fabbro de delitos bestiales, de acuerdo a una evaluación de una perito de la Corte Suprema, la menor podría estar diciendo la verdad.



Si es así, entonces es mucho tiempo en prisión. La calificación del expediente en el Juzgado de Instrucción N° 32 es la de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo. En el caso de que el mediocampista sea juzgado y encontrado culpable podría recibir hasta 20 años de cárcel; 15 es el máximo por abuso, otros cinco años pueden ser agregados por el agravante de vínculo.



El resultado de la cámara Gesell que complica aún más la situación del futbolista no existe en un vacío, sino que se suma a una pila de pruebas en su contra. En el expediente ya consta, por ejemplo, la declaración testimonial de la madre de H. que reproduce lo que habría sido un relato de la menor. “Yo me dejé, le dije a todo que sí, cuando me besa, como si fuera mi novio, porque tenía miedo a que me hagan algo pasaron esas cosas. La última vez me tocó las tetas y le dije que no se pase. Me daba semen y lo escupía, me daba besos y me tocaba la vagina”, aseveró la menor, en boca de su propia madre. También, algo mucho más difícil de relativizar para cualquier defensa: una serie de chats de Whatsapp entre Fabbro y H. El tono es por lo menos llamativo. Es decir, nadie le habla así a su ahijada.



“Mandá fotos”, le dice el futbolista a su ahijada en un mensaje. “No da”, le respondió ella: “Pedile esas cosas a tu novia”, le reprochó, en referencia a su pareja, la modelo Larissa Riquelme. “A mi novio tampoco le mando fotos así”, dijo luego la menor. “Perdón, pero me parece que no da”, le contestó ella. Luego, Fabbro se puso un poco insistente. Comenzó con emoticones, caras tristes, de llanto, caras de ansiedad. “¿Tenés jeans? A verlooo”, dijo el jugador, antojadizo. “No, pollera”, respondió ella. Finalmente, la niña le envió dos fotos a su padrino futbolista, ninguna en una pose sensual, ninguna imagen provocativa.




La conversación ocurrió en abril de este año. Fue descubierta por el hermano mayor de H., de 17 años, que le informó a su mamá, lo que disparó la denuncia y la causa en el Juzgado N° 32. Por lo pronto, el iPhone 5 de la menor fue entregado a la división Cibercrimen de la Policía de la Ciudad para ser peritado.




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