Rodrigo Teves

Que Pasa Salta
¿Somos iguales?

La casa ya no se reserva el derecho de admisión: qué hacer si te discriminan

Los reclamos por discriminación en lugares públicos siguen a la orden del día. Si alguna vez te sentiste excluído, tenés que saber esto.

"Vos no podés pasar flaco", es una frase que más de uno escuchó. Ya sea por gordo, feo, negro, o cualquier otra forma de discriminación, no hay excusa que valga. Si no te dejan ingresar por alguna característica o rasgo de tu persona, es discriminación, de acá a la China.



Listas de invitados falsas, falta de capacidad en el local cuando todavía hay lugar, o arrogándose un "derecho de admisión" que ya caducó, si fuiste víctima de discriminación, malos tratos, humillación física o psíquica, requisas corporales o a tus pertenencias, en  un local bailable, de recreación, sala de espectáculo, bar, restaurante u otros de acceso público, tanto en la admisión como en la permanencia, tenés que reclamar y te cuento cómo.



Desde Protectora Salta, informan que se puede hacer un reclamo económico por los daños materiales, psicológicos o físicos que te hayan causado, o podrías también denunciarlo ante el INADI por discriminación.




  • Por TELEFONO:  pidiendo el número de reclamo.

  • Por INTERNET: registrando el número de reclamo.

  • Por CARTA DOCUMENTO: conservando copia y recepción.

  • Por NOTA FIRMADA: conservando su constancia de recepción.





De acuerdo al sitio chequeado.com, el derecho de admisión que cada local se reserva implica que pueden decidir bajo criterios objetivos a quiénes se les permitirá la entrada a un lugar, pero en ningún caso, se habilita la discriminación.



La Ley 26.370, sancionada en mayo de 2008, regula el derecho de admisión en los eventos y espectáculos públicos, que ocurren en espacios privados destinados al uso público: bares, locales bailables, restaurantes y locales de espectáculos, entre otros.



Esta normativa establece en su cuarto artículo que el derecho de admisión y permanencia es "el derecho en virtud del cual, la persona titular del establecimiento y/o evento, se reserva la atribución de admitir o excluir a terceros de dichos lugares siempre que la exclusión se fundamente en condiciones objetivas de admisión y permanencia".



A su vez impone un límite para el ejercicio de ese derecho al indicar que "no deben ser contrarias a los derechos reconocidos en la Constitución Nacional ni suponer un trato discriminatorio o arbitrario para las personas, así como tampoco colocarlas en situaciones de inferioridad o indefensión con respecto a otros concurrentes o espectadores o agraviarlos".



La Carga Magna, en su artículo 16 expresa textualmente que, "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimientos: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley".



Para ir al grano, el personal de control, más conocido como 'los patovicas' podrán impedir la admisión por ejemplo cuando existan personas que manifiesten actitudes violentas, porten armas, tengan evidentes síntomas de haber consumido sustancias alucinógenas o estupefacientes, o por condiciones objetivas. 



Por ejemplo, el dueño podrá impedir que entren personas con ojotas o camisetas de fútbol, pero esto deberá ser igual para todos, y en ningún caso por cuestiones relacionadas a raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, orientación sexual, identidad de género, posición económica, condición social o caracteres físicos.



"El problema de esta norma es que al tratarse la seguridad de una facultad no delegada por las provincias, cada jurisdicción debe adherir y reglamentar la ley nacional para que tenga vigencia en su territorio. Las únicas provincias que adhirieron son Buenos Aires, Chaco, Chubut, Río Negro, Salta, Santa Cruz y Santa Fe pero las dos últimas aún no reglamentaron la ley", indica el sitio chequeado.com



Evidentemente, aquí no estamos hablando de cuestiones que comprometan la seguridad propia o de terceros, sino de situaciones que todos vivimos alguna vez al sentirnos excluídos. La percepción de ser discriminado es - al igual que el dolor - un sentimiento intransferible, y como tal vivido únicamente por la persona que lo padece, por lo tanto no hay excusa que valga.



¿Dónde denunciar casos de discriminación en eventos públicos?

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