Matías Isola

Que Pasa Salta
Hacen agua

Aguas del Norte se ríe en la cara de los salteños y nadie hace nada

Las quejas y los reclamos se multiplican contra la compañía por el pésimo servicio que brinda y por la falta de inversión.

La lista de los incumplimientos de Aguas del Norte es interminable. Las quejas de los vecinos salteños contra la compañía se multiplican día a día y nadie parece darse por aludido. El rol del Ente Regulador de los Servicios Públicos (EnReSP) deja mucho que desear y los ciudadanos se sienten completamente desamparados. Sin embargo, y pese al pésimo servicio que brinda la empresa, las tarifas suben como si nada (el último aumento impactó en la boleta de septiembre).



Con una llamativa impunidad, Aguas del Norte se caracteriza por destrozar las calles (en algunos casos recién pavimentadas) y dejar durante semanas baches (irónicamente llamados cráteres por los vecinos). Otro reclamo frecuente tiene que ver con los cortes de agua que en algunos casos pueden durar semanas, con todo lo que eso significa. Recientemente lo padecieron en Villa Floresta, pero la situación se replica en varios barrios salteños. No obstante, algunos tienen la "dicha" de abrir la canilla y que salga agua, pero desagradablemente con baja presión o de color turbio (en Embarcación conocen a la perfección el tema).



Otra situación indignante tiene que ver con las pérdidas de las cañerías en plena vía pública y a la vista de todos. Hay zonas donde se corta el suministro en determinado horario del día, sin embargo tienen auténticos "arroyos" o "cascadas" y no precisamente como atractivos turísticos. Una paradoja difícil de explicar. Ni hablar de la alarmante falta de cloacas y agua potable en distintos puntos de la Provincia. Algo básico, elemental e imprescindible.



Está claro que la compañía no invierte lo necesario para evitar que el servicio sea magro y sólo parece preocuparle la rentabilidad del negocio. Se "ata todo con alambre" y los resultados están a la vista. La concejal Ángela Di Bez graficó la situación a la perfección con una ironía: "Aguas del Norte tiene instalaciones desde la época de Hernando de Lerma".



Los vecinos son los verdaderas víctimas de los serios incumplimientos de Aguas del Norte y sus reclamos son genuinos. Lo llamativo del caso es que más allá del repudio de actores importantes de la vida pública (sin ir más lejos el intendente capitalino Gustavo Sáenz), la compañía hace oídos sordos y mantiene su desagradable postura. A esta altura parece difícil pedir un servicio de excelencia a una empresa que hace culto del incumplimiento. Pero al menos los salteños merecen una mínima retribución por los impuestos que pagan. Merecen un servicio digno, como corresponde. ¿Será mucho pedir?

 

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