A pesar de tener goleadores “europeos”, Argentina no pudo quebrar el cero

Queda claro que amontonar delanteros allá arriba no garantiza la victoria. Por más “moderno e innovador” que sea el dibujo táctico, por encima de él siempre estará la capacidad individual y colectiva de los interpretes que deben sacarle sonido a la partitura. Y en este caso no hubo conexión entre las líneas, por más que el entrenador Sampaoli haya dicho en conferencia de prensa que le gustaron algunas combinaciones de mitad de cancha hacia adelante.

Un detalle: Aún teniendo menos la posesión de la pelota, Uruguay atacó mejor que la Argentina. Se sabe que el juego albiceleste depende de Messi, y la Pulga aportó algunos destellos de su jerarquía. Dybala e Icardi recibieron casi siempre de espaldas al arco y Di María que corre, corre y corre por izquierda. Como maratonista andaría fenómeno, pero para jugar a la pelota hace falta pausa, levantar la cabeza y descargar buscando la mejor opción.

Sampaoli tuvo poco tiempo para trabajar. No se puede esperar mucho, aunque fue el propio entrenador quien le puso condimento al partido con aquella frase: “Tenemos que ganar en Uruguay para acercarnos a Rusia”. Las palabras, más los tres delanteros (casi cuatro con Di María), el pueblo futbolero se frotó las manos y preparó la mesa para empanzarse de goles, pero todo quedó en buenas intenciones.

El cero es el resultado que mejor lo viste a un partido que tuvo un primer tiempo intenso, y un segundo para dormir. Claro, el arranque mostró a un equipo argentino intentando pero fallando, y a un Uruguay aguantando y saliendo de contra. Ambos tuvieron un puñado de situaciones, pero a los dos le tembló el pulso cuando debieron apretar el gatillo y el clásico terminó con aroma de un amistoso, algo raro después de tanta expectativa.

Argentina sumó un punto, y gracias a que Paraguay dio el golpe en Chile ganó 3-0) y a que Venezuela le empató a Colombia, la tabla se descomprimió hacia arriba. Argentina depende de si mismo, pero todavía no está en Rusia. Para eso falta, y ojalá que Sampaoli pueda sacar lo mejor de Messi, y que la Pulga pueda volcar todo eso en beneficio de un equipo que lo seguirá esperando.