El ídolo de Maradona que alguna vez se puso la camiseta de Juventud

Ricardo Enrique Bochini, más conocido como El Bocha, es el símbolo de Independiente. Y es, además, ídolo de Diego Maradona como el mismo lo expresa. El ex 10 del Diablo Rojo estuvo en Salta, y un grupo de amigos organizó una cena con quien fuera uno de los mejores jugadores que dio el fútbol argentino.

“Nos enteramos que estaba en Salta, nos contactamos con él y se mostró predispuesto a compartir una cena para hablar de fútbol”, le dijo a Tiro Libre Luis de la Vega, uno de los organizadores de la reunión.

Bochini recordó aquél cumpleaños suyo inolvidable; cuando empató en Córdoba con Talleres un 25 de enero de 1978. Argentina estaba bajo el régimen militar y la orden era: Talleres tiene que ser el campeón, porque Córdoba era una de las sedes del Mundial que ese año se jugó en nuestro país. El árbitro de aquél encuentro le expulsó a Independiente 3 jugadores y al Pato Pastoriza, el entrenador. Pese a ello, Independiente sacó a relucir su estirpe y pudo empatarlo 2-2 con una genial pared entre Bertoni, Biondi y Bochini.

“El árbitro era Barreiro, y tenía la orden de los militares que tení que ganar Talleres como sea. Incluso el gobernador de Córdoba, que era Mario Benjamín Menéndez, decía que si la T salía campeón él iba a ser presidente de la AFA en cuenta de Grondona. El partido estaba chivo, nos expulsó a tres jugadores, perdíamos 2 a 1 y a minutos del final armamos una jugada bárbara y me tocó marcar el gol del empate para consagrarnos campeones de aquél torneo Nacional”, recordó el Bocha.

Cabe destacar que los goles valían doble de visitante. En Avellaneda habían empatado 1 a 1, y con el empate en dos tantos en Córdoba, el Diablo se coronó campeón. “Ese fue mi mejor regalo de cumpleaños”; manifestó Bochini.

El Bocha jugó toda su vida en Independiente, y la de Juventud Antoniana fue una de las pocas camisetas de otro equipo que se puso a lo largo de su carrera. Fue una noche de  partido amistoso en la cancha de la Lerma y San Luis. Bochini jugó un tiempo para cada uno, y cuando los hinchas lo vieron salir del túnel con la casaca Antoniana en el segundo tiempo, el Honorato se vino abajo. “Si me acuerdo de aquél partido, la verdad, en Salta la pasé muy bien las veces que me tocó venir, por eso es una ciudad muy especial para mi”, dijo el Bocha, un grande entre los grandes.