Festival Under

"Free Coya", así se vivió el evento que fue furor en Cafayate

En junio se realizó con éxito la primera edición del ‘free coya’. Un evento que reunió lo mejor del under local: rock, freestyle, skate, BMX.

Cafayate, tierra del vino y el sol, se convirtió en tierra de la cultura urbana por dos días: fue escenario de la primera edición del ‘Free Coya’ a principios de junio. El festival tuvo características eclécticas ya que no solo contó con la presencia de raperos, deportistas extremos, bailarines y demás, sino también con bandas de metal, punk rock, reggae, incluso con la presencia del payador Emanuel Gaboto.



El primer día del evento el sol no dio tregua, fue tan intenso como la entrega de los skaters y bikers por la mañana. Desde temprano, los jóvenes ya se encontraban preparando todo: ajustando tuercas, chequeando ruedas y rulemanes para empezar a tirar las primeras pruebas en la pista. Mientras se desarrollaba el campeonato de eliminatoria de skate y BMX, paralelamente grupos de jóvenes captaban la atención de muchos: en distintos espacios de la plazoleta Los Ángeles la verborragia por expresar ideas y rimas por parte de raperos se hacía sentir enérgicamente en lo que se conoce como batalla de gallo, antes de la competencia oficial a modo de calentamiento.



La noche todavía no había llegado pero las luces de la plaza comenzaban a encenderse lentamente. Apenas terminó la competencia extrema, comenzó a sonar el grupo de punk Yast Parody, llegado de Santa María, Catamarca. Los mismos versionaban temas de Blink 182 mientras que los deportistas se motivaban y continuaban tirando trucos. Posteriormente,  tocó el turno de la banda Daestyne, también catamarqueña, que se destaca por el juego de voces que emplean estos chicos: pasan de las más melódicas a las más estridentes, siempre acompañadas por riff  muy veloces y doble masa constante y sonante en la batería. Podríamos decir que hacen un estilo metalcore similar a la banda estadounidense Atreyu.



Los deportistas se adaptaban a cualquier ritmo y la convocatoria atraía desde niños hasta adultos que pasaban por el lugar y se quedaban a disfrutar del espectáculo. Incluso gente que salía de la parroquia del cementerio, ubicado frente de la misma plazoleta, después de la misa. Tranquilamente pudo haberse confundido la jornada con una especie de manifestación anticlerical, pero nada de eso, solo se trataba de una mera coincidencia.

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