El changuito salteño que estuvo al lado de Batistuta en el Mundial de Francia ‘98
Nacido en Cachorros, el defensor formó parte de los sparrings que entrenaba con la Selección que en ese entonces dirigía Daniel Passarella. ¿Cómo vivió ese momento el juvenil? Aquí te lo cuenta en Tiro Libre.
Se llama Normand Sebastián Juárez, el jugador nacido en las inferiores del club Cachorros, y su carrera se cerró en Central Norte. En el año 98, Juárez estaba en la academia de fútbol Renato Cesarini, de Rosario, entidad que mandó un equipo juvenil para que hiciera las veces de sparrings del Seleccionado al Mundial de Francia, equipo que por entonces era dirigido por el Kaiser, Daniel Passarella.
Hoy Normand Juárez le cuenta a los lectores de Tiro Libre el puñado de sensaciones y emociones que vivió mientras estuvo con Argentina en Saint Etienne, donde estuvo concentrado parte de ese Mundial.
“Recuerdo el trato que nos dispensaban las figuras que tenía la Selección, tipos sencillos a pasar del lugar que ocupaban en el universo fútbol”, recuerda el defensor y, al hacerlo, la emoción se le dibuja en el rostro.
“Todos tenían una sencillez tremenda, como Zanetti, el Cholo Simeone, el Pelado Almeyda, el Burrito Ortega. Por Dios, ¡¡Qué jugador!!, nunca en mi vida vi a alguien que quiebre tan bien la cintura, que gambeta que tenía, te dejaba dado vuelta siempre”, explica Normand.
“Passarella era el técnico, charlaba con nosotros antes de cada práctica, y nuestro entrenador nos recomendaba que no lo toquemos a los jugadores de la Selección, teníamos que hacerle sombra nada más. Nosotros nos parábamos como se pararía el rival y sobre eso trabajamos. Cuando la teníamos nosotros tocábamos y avanzábamos, pero cuando la tenía ellos sólo acompañábamos”, dispara Normand.
Aquél año fue inolvidable para Juárez, que por ese entonces era un changuito lleno de ilusiones, “Antes de racalar en Francia fuimos a España, donde pudimos ver partidos del Real Madrid y estar al lado de cracks como Fernando Redondo o de Raúl, que respiraban calidad en cada jugada”, recuerda.
Explica cómo se solventó ese viaje desde lo económico. “El club Cesarini se hizo cargo de la mitad de los gastos, y la otra mitad nosotros hicimos rifas y esas cosas para generar recursos. Así que gastamos poca plata para una experiencia inolvidable”, dijo en el final.
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