Para subirse el sueldo no hay grieta

La antipática decisión que tomaron los diputados nacionales de aumentarse el sueldo en concepto de gastos de representación y pasajes generó un lógico y entendible malestar en la población. A contramano de las serias dificultades que tiene el ciudadano de a pie para llegar a fin de mes, la dirigencia política careció (nuevamente) de tacto, criterio y coherencia de cara a la sociedad.

Por otra parte, llamó poderosamente la atención que fueron los mismos presidentes de bloques (salvo contadas excepciones como el Frente de Izquierda y el Frente Renovador) los que solicitaron el aumento que alcanza los 30 mil pesos. La famosa "grieta" quedó en un segundo plano y los legisladores de Cambiemos y del Frente para la Victoria aceptaron sin ningún pudor el "dietazo".

Son ese tipo de actitudes las que distancian a la clase política de la ciudadanía. La situación económica y social que atraviesa el país es sumamente delicada y los que tienen la suerte de trabajar hacen malabares para llegar a fin de mes y cumplir con sus obligaciones. Ni hablar de los desempleados. La inflación se come el bolsillo de los trabajadores y las tarifas suben más rápido que los sueldos. En ese contexto, los diputados nacionales tomaron una decisión tan chocante como indignante. 



El "dietazo" abrió nuevamente el debate y las opiniones son dispares en cuanto a lo que deben ganar los legisladores. Desde el Partido Obrero proponen que el sueldo debería ser igual al de un trabajador común y corriente. Mientras que Elisa Carrió y Alfredo Olmedo justificaron los aumentos sin miramientos. Lo cierto es que más allá del debate la decisión cayó muy mal en la opinión pública porque no va en sintonía con la realidad que viven millones de argentinos. 



La pregunta que se impone entonces es si verdaderamente son representantes del pueblo en el más amplio sentido de la palabra. Con ese tipo de actitudes la respuesta es negativa. Ocupan una banca en el Congreso de la Nación por el voto popular y eso es indiscutible. Sería bueno que retribuyan la confianza con gestos de grandeza que lamentablemente escasean en la política. ¿Será mucho pedir?