La está pasando mal

[HAY FOTOS] Bajó 150 kilos y ahora sufre por cómo le quedó la panza

Jacqueline Adan: su transformación fue increíble, pero aunque logró un mayor bienestar, sufre las consecuencias.

Jacqueline Adan, una joven de 29 años con obesidad, estaba disconforme con su imagen. Pero no lograba controlar su sobrepeso. Llegó a pesar 226 kilos. Cuando cumplió uno de sus sueños y viajó a Disney, tuvo que alquilar una silla de ruedas para circular, y privarse de realizar muchos paseos. Pero un hecho desafortunado la llevó a cambiar. Durante ese viaje, la joven quedó atorada en un torniquete de ingreso mientras paseaba con su novio Kevin y su hermana Jenny.



Tras esa mala experiencia, tardó un año en darse cuenta que necesitaba mejorar su calidad de vida y fue así como se propuso bajar al menos 140 kilos. "Recuerdo haberme despertado una mañana con la determinación de cambiar mi vida. Me sentí decidida, también asustada, pero soy el tipo de persona que si realmente se propone algo, lo hace", aseguró.



En mayo de 2013, llegó a bajar la mitad de su peso inicial. Como incentivo para la continuidad de su lucha, decidió premiarse con un nuevo viaje a Disney, en el que esta vez además de su novio y su hermana acompañaron sus primos. Y nada fue igual, ya no se quedaba atascada en los torniquetes, tampoco necesitaba la silla de ruedas porque podía caminar por sus propios medios sin agitarse ni sentir dolor.



Pero hubo más: a fines de ese mismo año, en el mismo destino y durante la Nochebuena, Kevin le propuso compromiso. "¡Nunca me había sentido tan feliz en toda mi vida! Creo que Disney es el lugar donde los sueños se hacen realidad", sostuvo. A partir de ese día, su determinación creció y fue por más, se propuso casarse de blanco con un vestido que se ajustara al nuevo cuerpo que estaba formando.



En enero de 2015, empezó una exigente rutina de ejercicios intensos en el gimnasio que continúa hasta hoy, donde el levantamiento de pesas se lleva gran parte del tiempo. Está entusiasmada con esta última parte de su transformación, aunque hay un gran tema que la preocupa demasiado: la grasa y la piel sobrante que cada vez se nota más por su notable descenso de peso. "Me está causando problemas en la espalda y el cuello, irritaciones y dolores de cabeza muy severos", contó.



Y si bien siempre fue consciente de que podría pasar, por momentos su confianza no es la misma. El recuerdo de su anterior figura es permanente, y para borrarlo no piensa en otro camino que no conduzca a varias cirugías reparadoras. "Trato de estar bien, pero lamentablemente mi pasado todavía me genera problemas", remarcó. Los médicos piensan que precisarán entre tres y cuatro cirugías para extraer aproximadamente 20 kilos de grasa.



Sabe que su camino no terminó, pero se siente preparada para tomar un último impulso hacia una vida mejor. "Me emociono cada vez que pienso acerca de lo que el futuro me depara. Soy consciente de que tengo toda mi vida por delante para poder sentirme orgullosa y no avergonzarme más" concluyó. Mientras tanto, a la espera de finalizar el proceso que le cambió la vida, puede planear con más entusiasmo sus próximos viajes a Disney porque sabe que no tiene que volver a preocuparse por quedar atorada en los torniquetes o alquilar una silla de ruedas para poder disfrutar.



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