Gustavo Ruiz

¿Será?

El club de “amigos” de Messi: ¿fábula de la gente o realidad?

Al astro se lo asocia con casi todas las cosas malas que pasan en la Selección. ¿Ningún DT tuvo personalidad para convocar a jugadores de su gusto personal por encima de lo que piensa el 10?

Cuando Lavezzi ingresó al almuerzo de la boda del Gobernador con Isabel Macedo, los medios denunciaron que el jugador “pisó con su lujosa camioneta” a una reportera que quiso entrevistarlo. Luego nos enteramos que el Pocho Lavezzi había arribado al lugar en un remis y que una vez que se enteró del episodio salió a la puerta para explicarles a todos que él no quería hablar.



La anécdota sirve para reflejar el tratamiento que le da un sector del periodismo a jugadores del seleccionado que perdieron tres finales. Creo, sinceramente, que de haber ganado el Mundial o las Copas Américas que perdió, la visión sería otra. Y como la gente respira al compás del resultado, no toleran a este grupo de “perdedores”.



Y la figura de Lio Messi entra en escena: “el es quién le dice a los entrenadores a los jugadores que tiene que convocar”, afirman casi todos. Suponiendo que esto sea cierto: ¿tendría algo de malo rodear al mejor del mundo con quien él mismo elija? Maradona le dijo a Bilardo que no lo convoque a Ramón Díaz y el DT le hizo caso. Con una diferencia sustancial: Diego ganó un mundial y un subcampeonato, ¿quien puede discutirlo desde este plano?



A Messi se lo critica porque juega mejor en el Barça, porque allá hace goles y aquí no, porque se dejó la barba y porque mastica chicles. A este rosario de pálidas se le suma que en AFA se hace todo lo que él dice. Sinceramente, ¿en serio que piensan que con su carácter introvertido, Messi le pudo haber dicho a Basile en su momento, o a Sabella después, convocalo a éste? Sabella no llevó a Brasil a Ever Banegas, amigo personal de Messi, ¿y la Pulga se quejó al respecto?



Maradona llevó a Sudáfrica a Garcé porque “es muy bueno para el grupo”. Pekerman dejó afuera a Zanetti en Alemania porque lo tildaban de mufa y todos los citaron a Lavezzi porque dicen que es un elemento positivo, aparte que en la final con los alemanes jugó muy bien.



Di María es uno de los mejores en su puesto, al Kun está entre los cinco mejores del mundo y el Pipita es el goleador más codiciado del planeta. Claro, ninguno anda en la Selección y se arma la bronca propia de la calentura visceral del futbolero.



Sampaoli es más bicho (amén de mentiroso por haber dicho en Sevilla que nada estaba asegurado cuando ya era DT de la Selección) porque sabe que Lavezzi y el Kun son cuestionados (con razón) y movió las piezas que los otros no hicieron: los limpió de la lista. Y con esta sola decisión, sin siquiera haber asumido, se ganó la confianza de la gente al “terminar con el clan de Messi”.



Si Messi comanda o no una Selección de amigos es algo secundario, porque si hubiese ganado un título nadie cuestionaría a amigos, enemigos o hermanos. Lo importa de aquí en más es que el nuevo entrenador conforme un equipo que clasifique a Rusia primero, y que después en el Mundial llegue a la final, como para equiparar por lo menos la actuación de 2014.



Porque si ganamos un título después de 31, organizaríamos una fiesta tan grande  que hasta podríamos invitar a los amigos de La Pulga. Y nadie se sentiría ofendido por ello.

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