Gustavo Ruiz

Un ejemplo

Un equipo compuesto por amigos es invencible…

De un plantel de 25 jugadores, 19 pertenecen a Cachorros, y muchos de ellos vienen jugando juntos desde los 7 años. El club respaldó al entrenador cuando tuvo la “loca” idea de afrontar el torneo con los chicos, y éstos respondieron como hombres al conseguir el ansiado ascenso.

En su libro “Crónicas del Angel Gris”, el periodista y escritor Alejando dolina habla de las “instrucciones para elegir en un picado”. Recurriendo a la herramienta del “pan y queso”, Dolina dice que él prefería elegir a sus amigos por encima de los buenos jugadores. “Un equipo compuesto por amigos es invencible”, afirma Dolina. Y agrega. “Y si no lo es, prefiero compartir las derrotas con amigos y no las victorias con seres indeseables”.



Esta es la filosofía que implementó Cachorros en el armado de su plantel, compuesto en su gran mayoría por jugadores formados en el club, que vienen jugando juntos desde los 7 años en algunos casos. Cachorros derribó aquél mito futbolero que reza que “los chicos ganan partidos y los grandes campeonatos”.



Con una base juvenil, se aferró a la gloria. Y ese mismo espíritu de formación juvenil llevó al vencedor a darle la mano al derrotado y abrazarlo a manera de consuelo. Eso se respira sólo en las divisiones inferiores. Otro gesto que delata la formación de estos chicos: todos le agradecieron al entrenador Oscar Mendía el hecho de haberlos tenido en cuenta.



Cachorros marca el camino. El mismo que deberán recorrer algún día los otros clubes. Contratos caros para una divisional en decadencia; presupuestos inmanejables está llevando a los clubes hacia la catarata. Por eso deberán trabajar en las inferiores, formar jugadores que el día de mañana tendrán sentido de pertenencia, como el que mostró Cachorros, cuyo espíritu de lucha le hizo sacar fuerzas desde el fondo del alma para exponerlo en la cancha.



Cuando necesitas sombra existen dos formas de conseguirla: colocando un toldo o plantando un árbol. El toldo representa la urgencia que tienen los clubes, es la solución inmediata. El árbol necesita de paciencia para su crecimiento y dedicación para su cuidado. Pero crece fuerte y difícilmente un viento lo derribe.



¿Vieron?, en el fútbol salteño existen muchos toldos y pocos árboles. Por suerte existe Cachorros, que plantó muchos árboles hace un par de años y tuvo paciencia para verlos crecer. Y crecieron fuertes, sanos de cuerpo y alma. Y aprendieron tanto que, el viernes, le dieron un ascenso al club que los formó y los cuidó. Y no existe mejor manera de decirle: "muchas gracias...".

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