Ganó y ascendió

Cachorros, el equipo que enamoró al fútbol salteño

El club vive su momento más glorioso desde su creación. Llegó a lo más alto de la mano de sus convicciones.

Un ejemplo. Por donde se lo mire. El Martearena tuvo su fiesta. Un escenario emblemático, que justamente lleva el nombre del cura que se preocupó por los chicos. Allí Cachorros, la nombre institución salteña, festejó su ascenso, el premio más importante desde su creación.



Cachorros demostró que se puede cuando no se abandonan las convicciones. Cuando se tiene una dirigencia que cree en lo que hace, un entrenador con coraje para jugarse por los jóvenes nacidos en el club y una hinchada compuesta por la familia.



Cachorros hizo vivir una noche de ciencia ficción a los de afuera, y una noche soñada para los de adentro. Los de afuera, los hinchas que no conocían las esencia del club, miraban asombrados que en las tribunas que en vez de barras había padres llorando abrazando a sus hijos. Que el equipo ganador fue a darle la mano y a aplaudirlos al perdedor y esto no es casualidad: lo maman desde la cuna.



Los de adentro, los jugadores, todavía no caían. Era como el amanecer del 6 de enero y van a buscar el regalo de Reyes, sólo que esta vez era realidad, una hermosa realidad: CACHORROS ASCENDIO AL FEDERAL B.



“Fruto del esfuerzo y el trabajo”, repetían los directivos. “Un grupo humilde y con sentido de pertenencia”, gritaban los del cuerpo técnico. “Todavía no caemos de lo que logramos”, decían entre lágrimas los jugadores.



Y la tribuna aplaudiendo de pie a Cachorros, el equipo que con su fútbol, compromiso, entrega y unos huevos así de grandes, entró en la historia del fútbol salteño. Y enamoró a todos los que estuvieron en el Padre Ernesto Martearena…

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