Si Ragusa hablara, estallaría una “bomba” en el vestuario del Santo

Aunque nunca se refirió públicamente al tema, se le escuchó decir a Salvador Ragusa en rueda de amigos: “A mi me echaron Balvorín, Ricardo Gómez, el Arenero López, Carlos Medina y el Ratón Ibañez”, sentenció antes de irse. “Pero no voy a hablar públicamente de esto, ya está, ya pasó. Les deseo lo mejor”, habría manifestado el ex DT.

Dicen, los que estuvieron cerca de él en Salta, que tenía sentimientos ambiguos. Por un lado el dolor de la traición, pero por otro, la satisfacción de que muchos jugadores lo llamaron para despedirse y manifestarle que ellos (los que lo hablaron) no tenían nada que ver en la movida que se hizo para voltearlo.

Pero Ragusa no es tonto. Los años que lleva en la profesión le otorgaron un sexto sentido para olfatear lo que ocurre al su alrededor. Y en este sentido se supo que también le apuntó a un directivo como el autor intelectual del golpe que sufrió. “Este tipo cree que soy tonto, me di cuenta que jugaba a espaldas mías, cuando fue él el que citó a los jugadores en un café del centro para planificar la manera que me iban a sacar del medio”, habría comentado el DT en esa misma mesa tomando un café con amigos.

Aunque en esa charla no lo nombró, los dedos acusadores apuntaban todos en una misma dirección: Rafael Del Carlo, a quien se lo acusa de ser el que comenzó las charlas con Víctor Godoy aún cuando Ragusa estaba en el cargo.

¿Qué tiempo aguantará el Profe aferrado al silencio?, nadie lo sabe. Quizás nunca se refiera al tema, o tal vez el día de mañana decide sacarle la espoleta a la granada. Entonces el vestuario de Juventud estallaría por los aires.