Los problemas de Godoy para oxigenar a Juventud: hace cambios pero no "modifica" mucho

Cárdenas vuelve a la zaga central; Albornoz va al banco; Diago Giménez sale de la cueva y pasa como volante central. Y éste quizás sea el cabio más significativo: Giménez es joven y con dinámica y deberá esforzarse el doble para cruzar cuando Garnier (lento e impreciso) pierda la marca o cuando tenga que bajar para seguir al jugador más adelantado del rival.

Ahora, de mitad de cancha hacia arriba, donde Juventud mostró la falencia más notoria que es su falta de efectividad, siguen los mismos: Balvorín y 10 más, se podría decir sin temor a equivocarse. Ricardo Gómez, de flojo rendimiento y en caída libre jugará por izquierda. No sólo genera poco fútbol si no que el equipo rival aprovecha esa franja para atacar dado que Gómez no tiene resto para seguir con la marca por esa banda. El Arenero López no juega porque viene de una lesión.  El Ratón Ibáñez es el único que se salva. Su entrega y desequilibrio son tan notorios que, cuando no funciona él, el equipo lo siente.

Y como centro atacante aparecerá de nuevo Gustavo Balvorín, quien extrañamente vuelve después de especular con sus dos meses de rehabilitación de una “supuesta” intervención quirúrgica. Dicho sea de paso, al delantero tucumano lo persigue una sequía importante, ya que no moja desde hace varias fechas.

Las modificaciones de Godoy no cambian la ecuación porque donde la cosa estaba mal (mitad de cancha hacia arriba), sigue igual. Poniendo la formación bajo la lupa se caerá en cuenta que los “pesados” siguen en el equipo, con jugadores que no demostraron estar a la altura de la exigencia para este tramo decisivo del torneo.