Como en el barrio: Cachorros juega por el sánguche y la coca

Desde el arquero Pablo Ramos, quien con sus 41 años es el más veterano del plantel, hasta el volante Enzo Alcoba, el más jovencito (17 años), todos en Cachorros profesan el mismo sentimiento: “Nos trajo hasta aquí la humildad, la unión del grupo y, fundamentalmente, un equipo que está compuesto por amigos del barrio que se conocen desde hace tiempo. Desde inferiores hasta primera, todos sienten igual la camiseta”. El dueño de la frase es el arquero Pablo Ramos.

Cachorros lo hace todo a pulmón. Desde el almuerzo o cena que preparan los allegados, las madres y los familiares, hasta el esfuerzo económico que aportan de su propio bolsillo estos dirigentes a los cuáles no les sobra nada. No son empresarios no tampoco potentados económicamente. Lo hacen desde su posición de laburantes y por ese hermoso sentimiento que se llama amor al club.

“Aquí todos tenemos un trabajo, porque obviamente estamos en un club humilde pero en pleno crecimiento”, agrega Ramos. “Cada uno tiene una ocupación durante el día y nos juntamos para entrenar y meterle al trabajo porque sabemos que todo sacrificio tiene su premio al final del camino. Cachorros es un club humilde, que nos brinda un sánguche de milanesa y una coca después de los partidos, y lo que en otros clubes puede ser despreciado, para nosotros tiene un enorme valor”, agrega el experimentado arquero.

De los 25 jugadores que componen el plantel que dirige el entrenador Oscar Mendía, sólo seis son refuerzos. El resto son jugadores del club, al que concurren desde los 7 años en algunos casos, recorriendo todas las divisiones formativas hasta llegar a jugar en Primera. En esto el club marca el camino, pues en el futuro las instituciones deberán nutrirse de las divisiones inferiores y así evitar contratar jugadores foráneos que rada vez dejan algo.

Ellos están acunando un sueño, como toda la barriada. Si el domingo le ganan a San Francisco Bancario, habrán ascendido al Federal B, donde podrían encontrarse con Central Norte, por ejemplo. En el partido de ida igualaron cero a cero, y la serie está abierta para cualquiera. “Somos conscientes de que nos falta un pequeño pasito, que seguramente será complicado, pero no imposible”, sintetiza el dirigente Carlos Roldán, del Departamento de Fútbol.