Yolanda Vega, presencia en la ausencia

Quinientos diez días de gobierno habla de una cantidad considerable para comenzar a mostrar “gestión”. Tal es el caso de Rosario de Lerma donde su intendente logró encaminar su municipio a pesar de la “herencia recibida”, palabras trilladas que aún después de pasado el tiempo algunos continúan utilizando al momento de dar explicaciones ante la falta de respuestas a obras y servicios. 

Salvando las distancias en cantidad poblacional y otros menesteres, es necesario el ejemplo para poner en contexto la situación que hoy padecen los cerrillanos, municipio que cambió de intendente un 10 de diciembre del 2015 y que lleva la misma cantidad de tiempo gobernando que su par rosarino, pero sin lograr mostrar obras mayúsculas y con una marcada ausencia del estado.  

El reloj de arena lanzó sus últimos granos en este camino. La carencia de respuestas a las demandas de una comunidad, ha generado que los vecinos se movilicen por decisión propia a través de una marcha pacífica convocada para la semana entrante. 

Dicha convocatoria espontánea tiene como finalidad conseguir que  su jefa de estado escuche a los vecinos que indican carecer de la atención de; limpieza de calles, poda, pasto, recolección de residuos, reparación de luminarias, cuidado de espacios públicos, sin hablar de la falta de bacheo y cuidado a obras  que se consiguieron en otros gobiernos. 

Esto no solo demuestra que estamos ante la presencia de un gobierno que va perdiendo el respeto por parte de los ciudadanos, quienes entienden que 510 días transcurridos desde que asumió, es más que suficiente para comenzar a realizar un análisis sobre la capacidad o no que pueda tener para afrontar dicha responsabilidad. 

Este quiebre se fue gestando desde el mismo día en que se conoció que la intendente entregó al gobierno provincial, la responsabilidad de la obra de pavimentación con fondos del Bicentenario, postergando de esta manera a distintas barriadas que se verían beneficiadas con la obra pública. 

Los reclamos no llegan de un solo sector, hoy hablamos de lugares desprovistos hasta de agua potable que necesitan de una respuesta a las promesas de campañas y menos promoción fotográfica en redes sociales que carece de contenido y poco muestran de gestión. 

No se puede descartar lo que hasta acá sirvió para generar estas molestias y que son expresadas de distintas formas. 

•    Carteles en medio de una procesión solicitando respuestas en un barrio céntrico como es Antártida Argentina.

•    Publicaciones de vecinos de Congreso Nacional, entre ellos habitantes de ruta 23 que se ven desprotegido con la seguridad y la atención en nivelación de calles. 

•    Vecinos de Los Álamos que reflejan su situación en redes sociales como “los invisibilizados” de este gobierno que pregona que las respuestas a esa zona debería darlas su par salteño, desconociendo su responsabilidad. 

•    Opinan vecinos residentes y hasta quienes solo llegan los fines de semana a visitar a algún familiar. 

•    Exteriorizan su situación de otra manera los nuevos vecinos de ruta 24 Camino Colón que también dependen de esta jurisdicción, sin contar la zona de La Pedrera que también necesita respuestas al igual que Los Pinos de Ruta 21 y sectores lindantes. 

La convocatoria a la marcha pacífica, avivó aun más la llama y en ese camino salieron amigos del gobierno de turno a generar la idea de una marcha a favor de Yolanda Vega, profundizando la grietea y buscando con esta idea ocasionar un enfrentamiento entre ciudadanos del lugar. 

De darse esta contra marcha o marcha a favor, solo demostraría la falta de comprensión de lo que significa “presencia del Estado” que debe ser cohesionador e integrador de la sociedad y no divisor de partes.

 La caída de la imagen positiva de este gobierno no se puede escindirse de  estas gruesas equivocaciones políticas que se multiplican día a día. Es hora de que este sector despierte, de lo contrario ni siquiera una eventual recuperación económica mejorará su suerte legislativa este año.